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Rompecabezas

Los 'nietos' valencianos de Rubik

El IES San Antonio de Benagéber es el único de la Comunitat que alcanza la final nacional del campeonato escolar del cubo mágico

Los 'nietos' valencianos de Rubik

Los 'nietos' valencianos de Rubik

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Los 'nietos' valencianos de Rubik Rafel Montaner

La pasión por el cubo de Rubik, el juguete más vendido de todos los tiempos, renace con fuerza en el Instituto de Educación Secundaria (IES) San Antonio de Benagéber. Este centro docente público del municipio valenciano más joven (el 24 % de sus vecinos tiene menos de 16 años) es el único de la Comunitat que se ha clasificado para la final nacional del II Campeonato Interescolar para niños de 8 a 14 años de resolución de este rompecabezas mecánico tridimensional que hoy se disputa en Madrid. Los cinco chavales del equipo de este IES del Camp de Túria llegan a la final con la séptima mejor marca de toda España tras haber sido capaces de resolver 20 cubos mágicos en tan solo 3.28 minutos.

El equipo está integrado por cinco alumnos de primero y segundo de ESO: Sergio Iborra Jordán, Ángel España del Río, Iván Martínez Martínez, Juan Tejedor Rodríguez y Marcos Hernández Güell. Este último se pierde la final porque es el campeón de la Comunitat Valenciana de Kárate en su categoría y hoy compite en Extremadura.

En la primera fase compitieron 43 equipos, dos de ellos del instituto de San Antonio de Benagéber. El reto planteado por los organizadores, la Asociación Española del Cubo de Rubik (AECR), fue triple: resolver 20 cubos en el mejor tiempo posible, completar el máximo de cubos en cinco minutos, así como el tiempo de resolución de un cubo por persona en grupo.

Hacen 30 cubos en cinco minutos

Sergio, Ángel, Iván, Juan y Marcos además de resolver 20 cubos en 3.28 minutos, completaron 30 en cinco minutos y en grupo alcanzaron una marca de 10.200 segundos por cubo.

La final nacional, que hoy reúne en Madrid a un centenar de chavales de los 20 mejores equipos de la primera fase, es un campeonato individual de Speedcubing. Es decir, resolver un cubo de Rubik en el menor tiempo posible.

Jugar y relacionarse en los recreos

Los jóvenes del IES de San Antonio han nacido 25 años después de que el invento del profesor de Arquitectura húngaro Erno Rubik hiciera furor en los años 80 del pasado siglo. La pasión por el cubo mágico renace en este instituto de casi 500 alumnos de la mano del secretario del centro y profesor de Matemáticas, Alfonso Pérez Arnal.

Hace tres cursos apostó por habilitar una mesa con 40 cubos de Rubik «para que los chicos y chicas, durante los dos patios de cada día, se relacionen, colaboren entre ellos y tengan otro tipo de diversión».

La AECR destaca que el cubo de Rubik fomenta de forma progresiva el desarrollo intelectual y su consecución recompensa en confianza y seguridad al niño, además de motivarle para aprender. «Es un deporte practicable en las aulas que ayuda a aumentar las habilidades de memoria, espaciales y motrices», añade. Compartir en grupo atajos, soluciones y técnicas para resolver el cubo también ayuda a hacer amigos y a integrarse.

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