Luis Vañó, presidente del Comité de Representantes de Personas con Discapacidad en la Comunidad Valenciana Cermi, hizo un contundente alegato ayer a favor de la accesibilidad universal en los espacios públicos desde el Salón Vinatea de les Corts Valencianes.

Vañó recordó que el Día de las Personas con Discapacidad coincidió ayer con el plazo máximo previsto por la Ley de Derechos de las Personas con Discapacidad para adaptar los edificios públicos de modo que resulten accesibles para todos los ciudadanos. Y aseguró que los representantes de los discapacitados serán «beligerantes» a la hora de exigir que se cumpla la ley.

Como muestra, un botón: ni siquiera la tribuna de oradores del hemiciclo es accesible a una persona en silla de ruedas. La tribuna dispone de una breve rampa, pero arranca desde una escalera de acceso. «Si a la hora de ofertar un empleo no se quiere recibir a personas de raza negra, se tacharía de racismo a esa empresa; pero, si esa empresa pone tres escalones en la puerta, está excluyendo y discriminando a personas con movilidad reducida», sentenció Vañó.

«Hasta la fecha de hoy [por ayer] no tenía consecuencias administrativas y legales», añadió. Pero desde ayer, sí. Y el presidente de Cermi reiteró que la entidad acudirá a los tribunales siempre que haga falta para denunciar trabas a la accesibilidad universal y poner coto a «la burla» y «la estafa política y legislativa de las que hemos sido víctimas las personas con discapacidad».

Vañó sugirió que los fondos recaudados por multas por incumplimiento de las normas de accesibilidad se destinen a eliminar barreras.