En medio de un fuego cruzado de demandas (una civil, en la que el primogénito de los Sala Martínez reclama que se obligue a sus hermanas a apoyar la transmisión de la acción de oro que su padre legó a su madre para se la cediera a él, y otra mercantil, donde las tres mujeres impugnan ese traspaso) los abogados de los cuatro hijos del expresidente de la CAM Vicente Sala y de María del Carmen Martínez vienen manteniendo conversaciones desde poco después del asesinato de la matriarca para romper el único nexo que les une: el entramado empresarial familiar.

Con esta idea, la de separar para siempre unos destinos que en lo personal hace tiempo que caminan desunidos, se iniciaron unos contactos que hoy, casi un año después del crimen, siguen sin dar aún sus frutos. Unas negociaciones que comenzaron en Murcia, que se fueron al traste cuando parecía que a punto estaba de alzarse un acuerdo, que ahora continúan con abogados de València después de que las tres mujeres cambiaran de representantes legales y en las que la piedra angular gira en torno al valor de Samar Internacional (la empresa del plástico, el motor económico de la familia) y en el modo en que el primogénito abonará a sus hermanas su parte para separarse definitivamente de ellas.

Mientras se perfilan los aspectos de un acuerdo sobre el que todos los hermanos guardan silencio pero al que están condenados, Vicente Sala continúa al frente de la mercantil, donde su madre le situó como administrador único unos meses antes de que fuera asesinada gracias precisamente al voto de calidad que le otorgaba la acción de oro considerada por el juez, el fiscal y la Policía el móvil del crimen.

Un control y una gestión que el primogénito viene ejerciendo pero que podría peligrar de resolver el juzgado ante el que sus hermanas han impugnado el traspaso de esa participación privilegiada que se extinguió con la muerte de la matriarca. En ese caso, y si continúa unido el bloque formado por Mar, Antonia y Fuensanta (esta última casada con Miguel López, único sospechoso del crimen), entre las tres suman más del 60% de la propiedad de la empresa con lo que su hermano está en franca minoría pese a que su madre le declaró heredero universal legando a sus tres hijas únicamente la legítima.

A la espera de lo que suceda, éstos no han sido los únicos cambios que han afectado a la empresa en el último año. La sede de la mercantil, que estaba ubicada en la finca familiar que toda la familia compartía en la Vistahermosa, se trasladó hace unos meses a un edificio del centro de Alicante.