La puesta en marcha del programa Domi-EQIFar, al menos de las pruebas piloto en cada una de las provincias, llega en uno de los momentos más tensos en la relación entre la Conselleria de Sanidad a cuenta, precisamente, del otro programa de atención farmacéutica individualizada: el Resi-EQIFar.

Su presentación, a principios de año, ya generó un pequeño terremoto pues el programa plantea extender a todas las personas en residencias (27.300) la atención farmacéutica especializada que se da en las residencias públicas. El cambio supondrá que cada residente ya no se ocupará de comprar su medicación directamente en la farmacia sino que se le entregará desde el servicio de farmacia hospitalaria de La Fe, donde se centralizará la compra y distribución de los tratamientos.

Este nuevo sistema deja fuera a las oficinas de farmacia comunitaria y, según criticaron en su día, ni se les consultó ni se contó con ellos para el diseño del programa.

De hecho, hace solo dos meses el presidente del colegio de València, Jaime Giner, ponía en duda que el año que viene los farmacéuticos siguieran colaborando con la administración en aspectos como las ayudas al copago si no se reconsideraba este programa.

Más allá de la pérdida de negocio para ciertas oficinas, los farmacéuticos siguen manteniendo su oposición al Resi-EQIFar porque implicará un cambio normativo para facilitar la atención desde farmacia hospitalaria que «borrará» a las farmacias comunitarias.

Desde el colegio valenciano se anunció que se plantearía votar en asamblea «romper» relaciones con la Conselleria de Sanidad, pero todavía no se ha dado ningún paso a la espera de que Sanidad formalice por ley su programa.