La Conselleria de Educación planea revolucionar el próximo curso la atención a la diversidad con un moderno decreto de inclusión educativa que contempla medidas de apoyo universales para todo el alumnado, así como acciones de refuerzo específicas tanto para los estudiantes con dificultades como talleres de enriquecimiento curricular para los alumnos de altas capacidades. Este cierre del círculo de la inclusión, con una atención tanto por arriba para los que destacan como por abajo para los que no llegan, también prevé concentrar la atención más especializada en los escolares con discapacidad psíquica con el fin de favorecer al máximo su integración en aulas ordinarias y reducir a casos extraordinarios su derivación a Centros de Educación Especial (CEE).

«Cambiamos completamente el paradigma: planteamos una educación inclusiva integral para todo el alumnado. Por tanto, una inclusión educativa universal. Todas y todos necesitamos una atención específica y un acompañamiento permanente o puntual en algún momento de nuestra vida», subraya el conseller Vicent Marzà.

Marzà presentó ayer el borrador del decreto junto al secretario autonómico de Educación, Miquel Soler, el director general de Política Educativa, Jaume Fullana, y la directora general de Infancia y Adolescencia, Rosa Josefa Mañes. El objetivo del decreto es acabar con los compartimentos en la atención a los escolares e integrar a las consellerias de Educación, Políticas Inclusivas, Sanidad y los trabajadores sociales de los ayuntamientos para regular los protocolos de detección, coordinación e intercambio de datos así como la apertura del centro docente a su entorno y a la participación en planes y programas de ámbito comunitario.

«La educación inclusiva para todas y todos - insiste el conseller- es una forma de romper con la estigmatización de las necesidades cognitivas, físicas, sociales, económicas o de orientación académica que influyen en el aprendizaje de cualquier alumno por circunstancias diversas y que, en muchos casos, no provienen de una enfermedad o un diagnóstico, sino que arrancan de circunstancias que el alumno tiene fuera de la escuela, pero que trae en la mochila».

Soler añade que la reestructuración de los recursos se hará a través de los Planes de Actuación para la Mejora (PAM) de cada centro, que el próximo curso aportarán dos mil docentes de apoyo y refuerzo al sistema educativo valenciano.

La atención a la diversidad se estructurará en cuatro niveles, uno primero global para todos los alumnos de cada centro según sus características, un segundo con medidas puntuales para escolares no diagnosticados como alumnos con Necesidades Educativas Especiales (NEE). El tercero y el cuarto van aumentando progresivamente la atención especializada a los alumnos que más apoyo precisan. Marzà y Soler insisten en que la reorganización y el aumento de recursos «mejorará la atención».