La «punta del iceberg» de una realidad que no se conoce. Así definen desde el sindicato de Enfermería Satse las cifras sobre agresiones a personal de la sanidad pública valenciana recogidas en el informe oficial de la Conselleria de Sanidad y que notifica 306 incidentes, ya sea de ataque físico o verbal, durante todo el año 2016. De todas ellas, cerca de un tercio fueron para el colectivo de trabajadores de Enfermería que, además es el más numeroso de la sanidad pública valenciana con 15.421 personas.
Para el secretario provincial de Satse en Valencia, Arturo Morell, el global de notificaciones recogidas por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales es «ridículo» ante lo que sucede realmente y asegura que si hubiera más medios establecidos para que estas comunicaciones «sirvieran de algo» y «menos miedo a denunciar» las cifras resultantes en estos informes «serían escandalosas».
Lo cierto, y así lo recoge también el informe, es que ahora hay más «concienciación» y esto se traduce en la notificación de más incidentes aunque «es más que probable» que sean muchos más. «Estamos hablando de 306 agresiones notificadas en una plantilla total de 51.995 personas durante 365 días... no se sostiene», alerta Morell.
Desde el sindicato Satse ya se han reunido con responsables de la Conselleria de Sanidad y de la Subdelegación del Gobierno para reclamar medidas concretas para frenar los ataques al personal sanitario y que van desde aumentar la vigilancia en los centros, tanto con personal como con cámaras de seguridad o mamparas protectoras, como dispositivos fijos y móviles que avisaran directamente a la policía en caso de emergencia. Actualmente los sistemas informáticos con los que trabaja el personal sanitario incluyen un pequeño icono de alerta que da aviso a los compañeros de que «en ese terminal o espacio algo está sucediendo», explica Morell, es el conocido como Código Alerta. «El problema es que solo avisa dentro del propio centro de salud, por ejemplo y a los compañeros. Pedimos algo rápido y que esté conectado directamente con la policía tanto fijo para los centros como móvil para los compañeros que atienden a domicilio», explica el sindicalista.
Para Satse, estos avisadores deberían de complementarse con otras medidas de colaboración con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado como protocolos de acompañamiento policial que, en la práctica, «ya se están aplicando aunque de forma muy costumbrista». El Ministerio ha propuesto la creación del interlocutor policial territorial sanitario que sería la persona para coordinador tanto estos protocolos como la implantación de avisadores pero está «en fase embrionaria».
Cambiar de puesto
Una de las medidas planteadas por el sindicato y que,a juicio de Morell, podría ponerse en marcha de forma «rápida» ya que depende de la administración sanitaria sería permitir que los profesionales que hayan sido víctimas de una agresión se puedan trasladar de su puesto de trabajo de forma «temporal y sin que haya que esperar a que haya denuncia ni resolución judicial de orden de alejamiento», por ejemplo.
Se evitarían de esta forma situaciones de «amenazas continuadas» que se suelen dar entre personal sanitario de los centros de salud y pacientes dentro de la cartilla de cada médico. «Puedes haber sufrido una agresión y tener que seguir visitando a esa persona que puede volver a generar situaciones difíciles», explica Morell.
