El abogado de Luis Redondo, José María Calatayud Barona, recurre en el escrito dirigido al juzgado para solicitar el archivo definitivo de la causa contra su «patrocinado» a una curiosa (y aceitosa) metáfora. «La perito ha dictaminado que el precio de los documentales oscila entre los 150.000 y 300.000 euros, por tanto los 276.000 euros están dentro de dicho rango». Y lanza la metáfora. «Por seguir con esa imagen, lo que ha dicho es que para calcular el precio de un churro, si el aceite vale 'x', la masa vale 'y' y el beneficio industrial es 'n', el precio del churro es 'x+y+n'. No importa si el churro es más grande o más pequeño, si está más bueno o más malo; o si el churrero tiene más o menos prestigio. Todo eso no se computa para hallar el precio del churro, que sólo se basa en costes directos, indirectos y beneficio industrial. De esto extrae un valor razonable que corrige en base a un porcentaje de consumo y extrae el rango de precios razonables de estos documentales». Y tras esta disquisición pide el archivo para su cliente.