Salvador Puigdengolas Rosas (Madrid, 1974) es ingeniero industrial por la Universitat Politècnica de València. Realizó prácticas profesionales en Ford de Almussafes, ha pasado por el negocio de ladrillo y recuerda con nostalgia su labor como técnico en la construcción del puente de las Flores de la ciudad del Túria. Puigdengolas, quien ha sustituido a Muñoz Veiga como decano, es funcionario de la Generalitat, con el puesto de jefe de sección de ingeniería en el centro hospitalario de La Fe. En declaraciones a Levante-EMV analiza el papel de los ingenieros industriales en la economía valenciana y la política industrial del Consell.
P ¿Cuáles son sus objetivos como nuevo decano?
R Configurar equipos de gestión que mejoren los servicios de la organización y eviten personalismos. Además, considero importante dar más protagonismo a las mujeres. En ese sentido, el Colegio apostará por desarrollar programas participativos para darles más visibilidad. En el mundo de la ingeniería la mujer, pienso, está denostada.
P En una economía como la valenciana tan volcada hacia los servicios, ¿cómo valora la política industrial del Consell?
R Tal como señala el Observatorio Industrial del Colegio, y así se lo hicimos ver a dirigentes de la Generalitat, es factible que el peso de la industria en el Producto Interior Bruto total represente un 20 % en el horizonte del año 2020. En la actualidad estamos en el 17 %. Me han parecido acertadas estrategias puestas en marcha por altos cargos como Blanca Marín (secretaria autonómica ) o Diego Macià (director general, que recientemente ha anunciado su dimisión) para beneficiar a diferentes asociaciones sectoriales, lo que ha impulsado inversiones en sectores productivos.
P ¿Y el papel de los institutos tecnológicos del Consell?
R La apuesta por políticas de I+D+i tiene que se bandera de cualquier sociedad avanzada y, por tanto, de las administraciones públicas en una economía tan global. En ese sentido, la red de institutos tecnológicos desempeña un buen trabajo porque apoya inversiones de innovación de las empresas valencianas. Ahora bien, deberían aumentarse las inversiones en I+D+i de la Comunitat Valenciana tanto del sector público como del privado. Están todavía a mucha distancia de algunas autonomías españoles y de gran parte de los países de la Unión Europea.
P ¿Cuáles son las principales salidas profesionales de los ingenieros industriales?
R El emprendimiento está tirando mucho de este colectivo. Por sectores el de la automoción y su industria auxiliar se sitúan entre los que más demandan nuevos empleos. También el alimentario así como la cerámica son motores de generación de empleo. Además, la logística y el transporte.
P ¿Cuál es el papel de los ingenieros industriales en el reto de la globalización y la transformación digital de las empresas valencianas?
R Somos un colectivo muy versátil con una formación multidisciplinar y dispuestos a asumir retos. Queremos alcanzar los objetivos que se marca la sociedad y las empresas. Aportamos conocimiento y capacidad.
P ¿Qué piensa de la tasa de residuos industriales, aprobada recientemente en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de la Generalitat?
R Es preocupante. Entrará en vigor el próximo verano y puede ser un palo en las ruedas de las empresas. Pienso que en las políticas industriales son mejores los incentivos que las tasas. Estamos compitiendo con otras autonomías que no tienen dicho gravamen. Eso genera alteraciones en el mercado y la tasa debería ser igual en toda España. Sectores como la cerámica lo van a notar, como también las propias empresas de gestión de residuos sólidos urbanos.
P En cuestiones de competencias, ingenieros y arquitectos se han enzarzado recientemente en una «batalla» por la revisión de inmuebles valencianos de más de 50 años que deben pasar la «ITV» a lo largo de 2018.
R Somos competentes y así lo avala el decreto de atribuciones de los ingenieros industriales, que data de 1935, de tiempos de la República. Nosotros apostamos por la salvaguarda de los intereses de los administradores. Apostamos por la libre competencia aunque con una regulación mínima. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia nos ha dado la razón en resoluciones sobre la redacción de informes de evaluaciones de edificios.
P Otro frente que tienen abierto es con los ingenieros técnicos, pues estos quieren equipararse con los superiores.
R Son dos profesiones de reconocido prestigio. Tras el Plan de Bolonia la carrera de ingeniero técnico se accede con un título de grado. Ahora bien, para ejercer la profesión de ingeniero industrial hay que cursar un máster. Los ingenieros industriales adquirimos una formación más especializada frente a la generalista de los ingenieros técnicos.
