Nueve personas, seis de ellas mujeres -entre la que figura la valenciana Nathaly Salazar-, habían desaparecido hasta ayer en circunstancias extrañas en distintos puntos de Perú desde Año Nuevo; exactamente una al día.

Esa cifra, facilitada por la Policía Nacional del país andino, no supone un dato tranquilizador para la familia de Nathaly, cuyos padres llegaron a las 23.35, hora española, al aeropuerto internacional Jorge Chávez de Lima.

Marcelo Salazar y Alexandra Ayala fueron recibidos por el embajador español en Perú, que les dedicó palabras de aliento, y les puso al día de los escasos avances, hasta ahora de la investigación que lleva a cabo la policía peruana.

El diplomático español acogió a la pareja, que ha pasado esta noche en Lima para partir, a primera hora de hoy, hacia Cuzco, la ciudad en la que su hija desapareció en torno a las siete de la mañana del 2 de enero.

Tamara, la hermana de Nathaly, que permanece en el domicilio familiar, en València, explicó ayer a Levante-EMV que «de momento, seguimos sin tener una sola noticia fiable de ella». El consulado general de España en Lima ha informado a Tamara de que «hay varios equipos distintos rastreando la zona ade Maray, adonde se supone que se dirigía aquel día de visita turística, y también en Cuzco y en Maras, la otra zona turística cerca de Maray, pero aún no han encontrado ningún rastro de ella».

Dos cámaras fundamentales

De momento, la Policía Nacional de Cuzco, que sigue indicaciones del grupo de Desaparecidos de la UDEV central de la Policía Nacional española, está tratando de obtener las imágenes de dos cámaras de tráfico que pueden ser fundamentales para saber si Nathaly, como anunció en el hostal donde se alojaba, llegó a la terminal de autobuses para coger el que salía hacia Maras y Maray o si utilizó otro medio -en Perú es habitual utilizar camionetas en los desplazamientos entre ciudades, cuyo coste es muy bajo-.

«Tampoco sabemos si le pasó algo en ese camino», se pregunta Tamara, quien lamenta no disponer de más grabaciones de los pasos de su hermana tras salir del establecimiento hotelero. «Las personas del hostal han buscado todas las grabaciones que han podido, pero luego parece que vienen unas calles donde los comercios están cerrados, así que no disponen de cámaras, por lo que no tenemos muchos más datos de qué pasó después de esos primeros minutos», concluye.