El argumento esgrimido por María Jesús en su línea de defensa de que Antonio, su marido, la maltrataba ha generado una oleada de indignación entre sus familiares y allegados. Fuentes del entorno de la víctima explicaron que «es absolutamente falso y totalmente alejado de la realidad. Más bien al contrario», sostienen.

Antonio y María Jesús habían iniciado su relación hace algo más de cinco años. En 2014, fue Antonio quien rompió tras descubrir que ella había estado con otro hombre.

El hombre encontró trabajo como ingeniero civil en Ferrovial y se trasladó a Requena, donde vivía en un piso de alquiler. Cuando María Jesús fue contratada como enfermera en un hospital privado de València, «fue a buscarle y no paró hasta que lo convenció para volver con ella. Eso fue un año antes de que se casaran. Luego logró que comprase el piso de València y se trasladó allí con él».

Un mes antes de la boda, fijada para finales de septiembre de 2016, Antonio incluso suspendió la ceremonia porque descubrió una nueva infidelidad, pero finalmente «ella se empeñó, lo convenció y se casaron, así que nadie, ni Antonio, ni la familia de él, ni la de ella, la obligaron. En absoluto».