Los militantes afiliados directamente a Compromís, pero que no forman parte de ninguno de los tres partidos que integran la coalición, Bloc, Iniciativa y Verds-Equo, han empezado a movilizarse para intentar tener voz propia en el seno de la coalición, salir del limbo en el que se encuentran y convertirse en una especie de cuarto partido dentro de la coalición.

El Consell de País de Gent de Compromís ha enviado un escrito a la militancia en el que aseguran que su situación es «intolerable», hablan directamente de «estafa» a los cientos de afiliados que pagan su cuota y lamentan no tener los mismos derechos que el resto de afiliados.

En el escrito se incluye además un documento para tratar de configurar un censo interno y legitimar a la dirección de este colectivo para reclamar ante Compromís el peso interno en relación con los afiliados de que disponen.

Hace algo más de un año ya lanzaron un manifiesto en el mismo tono crítico, documento que suscribieron entonces 570 afiliados de toda la coalición, aunque en el colectivo aseguran que sobrepasan el millar. En el fondo subyace la intención de no quedar descolgados en los futuros procesos internos y exigir tener voz ya que consideran que su peso interno es mayor que el de Iniciativa o Verds.

«Pasan los meses y nadie tiene intención de dotar de más democracia interna a Compromís», advierten en el escrito enviado a los afiliados. El conflicto interno sigue latente porque la coalición no reconoce a los actuales miembros de la dirección de Gent de Compromís y consideran que las asambleas de este grupo no representan a la totalidad de «adheridos», como se les conoce internamente.

Compromís aún tiene al alcalde de Valencia, Joan Ribó, como representante de este colectivo en la ejecutiva, pero Ribó no acude a las reuniones internas de Gent de Compromís, que ha elegido a otros representantes en asambleas posteriores, que la coalición ignora.

El documento dejar entrever que la tensión entre los miembros de Gent de Compromís y la dirección de la coalición ha ido en aumento. De hecho hace unos meses se convocó en València un encuentro para tratar de buscar una solución y la cita acabó con la salida precipitada y molesta de varios integrantes de este colectivo.