Tras la acumulación de asuntos turbios en la Comunitat y el cambio de gobierno, ¿vaticina un tiempo libre de corrupción?
Podría pensarse que será así. Los casos destapados cumplen una función terapéutica. Hay sentencias con penas de cárcel, hasta tenemos un conseller en prisión. Es una especie de terapia, pero parcial. Todos los patrones y procedimientos en los que ha funcionado la corrupción están detectados, pero tenemos que establecer análisis de riesgo y reforzar los controles, señalar dónde no han sido capaz de detectarla o cuando han sido controlados ellos mismos. Estos análisis de riesgo deberian hacerlo todas las administraciones y por eso la agencia tiene ese carácter preventivo.
Usted señala que los el resto de organismos (sindicaturas, abogacía, etc) han fallado...
Oiga, es que han fallado mucho, de lo contrario no se hubiera producido un pago de 3 millones al Instituto Nos, por ejemplo. Alguien dio la orden y cuando esa fundación pasó la auditoría alguien no vio que se había dado dinero para humo. Claro que hemos fallado. Y lo siento quien se enfade porque nos falla lo principal: la capacidad de revisión de lo ocurrido. Lo que planteamos como agencia es, en colaboración con los controles tradicionales, ayudar a establecer mecanismos de detección de la corrupción.
¿Cree que estos órganos de de control no han hecho la necesaria autocrítica?
Igual lo han hecho, pero pienso que nos falta el gran debate sobre la corrupción, no como ajuste de cuentas, si no examinando por qué pasa esto como conducta humana dentro de la gestión de lo público. Si estamos todos en contra de la corrupción, vamos a ver qué ha fallado y cómo construimos los mecanismos para que no vuelva a ocurrir. Las oficinas anticorrupción en EE UU, Canada, Suecia, Noruega, etc., existen desde hace treinta años y las propias Naciones Unidas han establecido que más allá de los controles tradicionales, hay que crear estructuras específicas. La UE se adelantó creando la Olaf y nadie ha planteado un debate sobre si sustiturá o no al Tribunal de Cuentas. Sin embargo, aquí el nacimiento de los equivalentes se convierte en polémica y no se reflexiona por qué hemos llegado a centenares de imputados.
Tampoco las agencias antifraude han sido infalibles...
Es cierto, por ejemplo la catalana, pero esto tiene mucho que ver con la forma de elección de los responsables. El primer director fue un fiscal destacado anticorrupcion, pero la ley catalana fija que la iniciativa del nombramiente la tiene el presidente. Tras un año vacante, Artur Mas propuso a una persona que nunca hizo su trabajo seriamente. Por eso es importante que nosotros estemos sujetos al control de las Corts. Este es un camino de no retorno.
¿Se siente incomprendido por otras instituciones y partidos?
No. Todos comprenden cual es mi trabajo y mi función. A lo mejor porque saben que soy una persona que no estoy al servicio de ningun partido político, porque mi independencia está por encima de cualquier otra cosa, porque provengo del ámbito de la gestión cultura, pero también de los cuerpos de fiscalización, tal vez hubieran preferido otra persona. Comprenden lo que he venido hacer, otra cosa es que todo vaya más lento de lo que me gustaría porque los medios son los que son.
¿No cree que irse de alquiler por 10.000 euros al mes puede verse como un dispendio?
Hemos estado cuatro meses esperando una sede y al final no se nos ha ofrecido ninguna. Crear un organismo para que no funcione es absurdo. El arrendamiento es provisional, en cuanto recibamos una oferta de un edificio público o gratuito, resolveremos el contrato. Ha sido una cuestión de pura necesidad, de respeto al mandato legal de que esta agencia tiene que funcionar y cumplir con sus funciones, de prevención y lucha.
Pero existen edificios vacíos.
Los que señalamos siempre nos han comunicado que había problemas de adscripción y que estaban destinados a otros usos.
¿ Siente que ha habido deslealtad institucional?
No. Sencillamente, lo que puede haber es algo de improvisación. Yo no tenía ninguna necesidad de tomar posesión antes de que se resolvieran estas cuestiones. A pesar de que sugerí que se retrasara mi nombramiento, se publicó y tenía que tomar posesión en 30 días. Y lo hice el día que hacía 30.
¿ Esta precariedad ha afectado a la labor investigadora?
Evidentemente, si no hay un lugar donde pueda trabajar el personal funcionario, se dificulta el funcionamiento de la agencia.
