El entonces presidente de la Generalitat Alberto Fabra anunció en el otoño de 2011 un paquete de medidas para recortar el gasto público en 400 millones de euros, práctica que repetiría al comenzar 2012 con otro anuncio en la misma línea e incluso amenazaba con la eliminación de instituciones estatutarias.

Mientras, el ministro Cristóbal Montoro clamaba que no se había llegado «ni a la meta volante». En la carrera de los recortes, quería decir. En ese contexto de austeridad en favor del equilibrio presupuestario, el entonces ya expresident Francisco Camps cargaba algunos de sus gastos de restauración, desplazamientos a otras ciudades y hotel a la caja fija de Presidencia del Consell, como ayer desveló Levante-EMV.

Algunas de estas facturas fueron abonadas a miembros de la oficina del expresident incluso en metálico, de acuerdo con la documentación a la que ha tenido acceso este diario. Sucede así, por ejemplo, con expedientes por compra de material para el funcionamiento del despacho o en otro en el que se adelantó dinero de la caja fija para una cena (lo precisa así la factura) en una taberna de la calle San Vicente de València por 131 euros.

No obstante, el método habitual de abono de las facturas es mediante transferencia bancaria. En todo caso, Camps no tenía que esperar mucho para recibir las cantidades pasadas a cobro. En la veintena de expedientes que ha podido analizar este diario, se observa que entre el registro de entrada de la factura en el servicio económico de Presidencia y su abono a la cuenta indicada trascurren habitualmente pocos días.

Hay pagos de restauración en el Club de Tenis Valencia (el local con más cargos de este tipo por parte de Camps) realizados el 11 de noviembre de 2011, un día después de que se presentara el tique en la Generalitat. Si sirve como contraste, el periodo medio de pago a proveedores está actualmente en 53 días, el más alto de todas las autonomías.