La familia de Nathaly Salazar, la valenciana desaparecida hace un mes en Perú, y que murió mientras practicaba tirolina, reclama la colaboración de la ciudadanía en las labores del búsqueda del cuerpo. Estas se reanudarán hoy ante la sospecha de que pudiera estar enterrada en las montañas y su cadáver no hubiera sido arrojado al río, según aseguraron los dos detenidos, insistiendo en que su muerte «no fue un accidente» como declararon al principio.

También exigen al Gobierno de España que ejerza «más presión» para que «la Policía peruana haga su trabajo» y «no deje pasar la situación», ante lo que podría haber sido un asesinato intencionado tras un abuso sexual.