El volumen de nuevos pacientes tratados en el Instituto Valenciano de Oncología (IVO) desde la puesta en marcha del último convenio con la Conselleria de Sanidad ha caído a la mitad. Así se desprende de las cifras oficiales de la fundación que recogen el balance de entrada de nuevas historias médicas en noviembre y diciembre de 2017, los dos primeros meses en los que se ha trabajado bajo los parámetros del nuevo convenio de acción concertada y que deja en manos de la administración pública la última palabra sobre qué pacientes son derivados a la institución privada sin ánimo de lucro, que lleva 40 años colaborando con la sanidad pública valenciana.

Si en noviembre y diciembre de 2016, el IVO trató a 658 nuevas personas, en las mismas fechas del año pasado y justo tras entrar en vigor el nuevo acuerdo, la cifra cayó a 319, un 52 % menos. En este lapso de tiempo, la fundación IVO ha perdido una de sus principales características: la libre elección. Aún siendo un centro privado y gracias a los sucesivos convenios firmados con la administración hasta 2016, la fundación podía atender a cualquier persona del sistema público que quisiera ser tratada allí con cargo a las arcas públicas. Ahora, es la conselleria la que decide sobre la derivación de pacientes, una cuestión que estuvo a punto de dinamitar la firma del nuevo acuerdo por la carga de futuro que suponía para el IVO y que se solventó dictando una instrucción interna que aseguraba que Sanidad respondería en tres días hábiles estas peticiones y, de no hacerlo, se entendían resueltas por silencio administrativo.

En estos dos meses, los pacientes han llegado al centro privado o bien siendo directamente derivados por médicos de la sanidad pública o recibiendo la autorización de Sanidad para ser tratados allí tras presentar una petición directa. Así, según las cifras del IVO, de esos 319 nuevos casos atendidos en dos meses, 202 pacientes habían sido derivados por médicos de la pública y 117 (55 en noviembre y 62 en diciembre) habían sido autorizados tras solicitarlo directamente aunque, según la fundación, fueron realmente 273 las personas que cumplimentaron los informes para pedir ser derivados al centro oncológico. Atendiendo a estas cifras, solo cuatro de cada diez personas que han intentado ser tratados en el centro han sido autorizados.

De hecho, la comparativa interanual de estos dos meses refleja un cambio de tendencia: si en 2016 la mayor parte de pacientes llegaban sin derivación previa (esta forma de atención suponía hasta el 70 % de todas las historias abiertas en el IVO), ahora son más los derivados por la Conselleria de Sanidad directamente que aquellos autorizados tras mostrar su intención de ir al IVO.

Si se mantiene durante 2018 esta media de 160 nuevas historias mensuales, el volumen de nuevos pacientes que trataría el IVO en un año rondaría los 2.000, lejos de los 4.500 nuevos casos que preveían las bases del acuerdo. En él se calculaba una atención anual a 30.000 pacientes de los que un 15 % serían nuevas historias médicas para un presupuesto de 53,7 millones de euros anuales.