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327 horas de retenciones al año

La ratonera del 'bypass'

Los conductores valencianos y transportistas de toda la geografía que utilizan la principal arteria de València permanecieron parados trece días y medio en 2017

Retenciones kilométricas y conductores desesperados fuera de sus vehículos, tras un atasco por un accidente en el «bypass». daniel tortajada

Desde el vuelco de un camión que invade la mediana obstaculizando la circulación de varios carriles en ambos sentidos hasta una simple avería de un turismo en una hora punta. Cualquier circunstancia imprevista en el tráfico de la A-7 convierte el tramo del «bypass» en una ratonera para los millones de usuarios de la vía que utilizan a diario la principal arteria de la red del Ministerio de Fomento en tierras valencianas.

Horas y horas de atascos cada día que se traducen en la desesperación de los conductores que deben lidiar con este contratiempo, demasiado habitual, para llegar a sus puestos de trabajo o alcanzar ese destino que les obliga a pasar de una u otra forma por la única circunvalación de la capital del Túria.

Este periódico ha podido contabilizar las horas de los atascos y duración de los mismos en los 429 kilómetros de AP-7 y A-7 -tanto en su franja de pago como gratuita- a lo largo de las tres provincias valencianas durante los dos últimos años y las cifras no dejan lugar a especulaciones.

Solo en los 47 kilómetros que ocupa el conocido «bypass» se registran anualmente el 58 por ciento de las retenciones de dicha vía en toda la Comunitat Valenciana, según datos de la Dirección General de Tráfico.

Concretamente los valencianos, así como los conductores y transportistas de todas partes de la geografía que circulan a diario por la circunvalación española con mayor tráfico rodado de camiones (no hay que olvidar que la AP-7 comunica Europa con Marruecos), han perdido trece días y medio de sus vidas atascados en este pequeño tramo que supone el «bypass», comprendido entre las localidades de Sagunt y Silla.

Así, del punto kilométrico 307, cruce con la V-21, al kilómetro 354, en el que confluye con la V-31 (Pista de Silla), se registraron 327 horas de retenciones el pasado año 2017. En el mismo tramo un año antes, en 2016, los atascos acumularon 225 horas, lo que supone un incremento interanual del 45 por ciento.

Colas de más de ocho horas

Hubo más de cuarenta incidencias con retenciones superiores a las dos horas de duración en 2017, en algunos casos llegando a alcanzar las ocho horas de atascos y quince kilómetros de colas como en el caso del vuelco de un camión a la altura de Paterna el pasado 15 de diciembre.

Tanto en este siniestro como en el ocurrido el 2 de agosto, también en el término municipal de Paterna -uno de los más castigados por estos colapsos- el vuelco del transporte pesado causó retenciones tanto en sentido creciente como decreciente, al invadir la mediana y ocupar carriles tanto en sentido Barcelona como Alicante.

Pero no sólo son accidentes puntuales los que provocan este tipo de atascos kilométricos y horas de tráfico denso, sin ir más lejos el 23 de mayo una simple avería causó más de cuatro horas de retenciones a la altura del kilómetro 325, también en Paterna. O las colas propias de la operación salida de Semana Santa cuando en el mes de abril generaron cinco horas más de retenciones en Riba-roja del Túria.

Por provincias, es València con 416 horas de atascos en la A-7 la más colapsada, aunque buena parte de la culpa la tiene precisamente el tramo del «bypass» con 327 horas de ese tiempo perdido por los conductores. Le siguen muy de lejos Alicante, con 81 horas de atascos, y Castelló con 66.

Una ampliación a gusto de todos

Con la creación del segundo «bypass» congelada, el Ministerio de Fomento presentó en 2014 el proyecto de ampliación de 22 kilómetros y medio del actual trazado, en el tramo comprendido entre el enlace de la A-7 con la A-3 por el sur y con la CV-32 por el norte, para mejorar el tráfico de esta arteria de València que a su vez es paso obligado de camiones desde Francia al sur de España. No obstante, esta ampliación de tres carriles en cada sentido no fue bien recibida por los municipios a los que afecta la obra y han salido detractores a un lado y el otro de la vía.

Los vecinos de la urbanización la Canyada de Paterna querían a toda costa evitar que los nuevos carriles ocuparan terreno de chalés o zona medioambiental, así que el proyecto que salió adelante maneja ampliar el trazado en su lado derecho sentido Barcelona. Es decir, recortando suelo industrial en el polígono Fuente del Jarro. «Prefieren cargarse alguna nave industrial en funcionamiento antes que una zona de algarrobos», lamentaba el gerente de Asivalco. Además, Joaquín Ballester teme que esta obra tampoco mejore la comunicación del polígono con la autovía. «Quieren arrasar empresas y no nos dan ninguna garantía de mejora», añade.

Las alegaciones de los municipios y asociaciones están retrasando este «proyecto de trazado», que a la postre se sitúa como la solución más inmediata a los colapsos y retenciones del «bypass». Y es que la obra que en 1990 dio un impulso vital a la economía valenciana, poniendo fin al llamado «semáforo de Europa» -que atravesaba la ciudad de València- se ha quedado tan obsoleta como el primer ensanche de Madrid.

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