La cláusula de la Ley Electoral valenciana que establece en el 5 % el porcentaje mínimo de votos para obtener escaños en las Corts Valencianes, la más férrea de España, tiene los días contados.
Casi 35 años han pasado desde su implantación. Nueve elecciones autonómicas se han celebrado con esta excluyente regla de juego.
La barrera caerá en las próximas semanas y en las elecciones autonómicas de 2019 el listón para obtener representación en el Parlamento valenciano se situará en el 3 %, el que rige en España y en la mayoría de las comunidades autónomas. Salvo sorpresa se fijará un doble listón, el del 3 % autonómico y del 3 % provincial.
Las comparecencias de los expertos en las Corts Valencianes previas al acuerdo político que se alcanzará en breve, ya que Ciudadanos acepta el grueso de las propuestas de los tres partidos de izquierda (PSPV, Compromís y Podemos) dejaron claro que, salvo el excepcional caso canario, la valenciana es la barrera más férrea de España.
El 5 % valenciano ha beneficiado históricamente a los partidos mayoritarios y ha permitido mantener el statu quo desde la transición ya que de la representación parlamentaria se ha excluido históricamente a partidos pequeños (Bloc, Unión Valenciana, Esquerra Unida o CDS) que se quedaron sin el dinero y la plataforma mediática que supone el acceso al Parlamento.
«Busca desincentivar el voto»
«El 5 % es una figura que está pensada para orientar el voto de los electores», explica el catedrático Manuel Martínez Sospedra. «Su objetivo es inducir el voto estratégico para procurar que los electores voten ‘bien’, es decir voten ‘a los buenos’, que son los partidos grandes, y del otro disuadirles de orientar su voto a ‘los malos’ que son los pequeños», explica.
Similar opinión tiene el experto en sistemas electorales Joan Oliver: «La exigencia de un porcentaje mínimo de votos para poder entrar en el reparto de escaños produce un efecto concentrador al desincentivar el sufragio a partidos con escasas o nulas posibilidades de superar la cláusula de exclusión».
A su juicio, las barreras siempre han buscado formar gobiernos estables lo que no se consigue cuando se necesita el apoyo de varios partidos en el parlamento. «Es una forma eficaz de cercenar la proporcionalidad -añade- pues al margen de dejar fuera del reparto a los partidos pequeños se produce el efecto psicológico de incitar al electorado a votar a los partidos grandes o medianos para evitar que su voto se pierda», señala el experto.
«En la Transición se impuso el 5 % autonómico porque había temor a que tuvieran representación partidos contrarios a la autonomía», explica una fuente socialista. «Cuando los socialistas llegaron al poder autonómico estaba todo por hacer y lo primero era blindar la autonomía», añade.
Un repaso por las barreras electorales que rigen en España señala hasta cinco tipos de listones a superar, de ellos el más complicado es el valenciano si dejamos fuera el caso excepcional de Canarias, donde la normativa electoral permite diferentes vías para acceder al parlamento, con un listón electoral en el 6 %. Los partidos canarios también tienen ultimado un acuerdo para reformar su ley electoral autonómica.
El cinco por ciento se aplica también en Galicia, donde igual que ocurrió en la Comunitat Valenciana se buscó frenar el acceso al Parlamento de pequeñas fuerzas nacionalistas; en Baleares, para dejar fuera a partidos como Unió Mallorquina, y en autonomías uniprovinciales como Cantabria, Murcia, Madrid o La Rioja.
Pero en todas estas el 5 % se calcula sobre los votos válidos, mientras que en la Comunitat Valenciana el cómputo se realiza sobre los votos emitidos (válidos y nulos) lo que incrementa su dureza porque en todas las elecciones suelen contabilizarse entre el 1 y el 2 por ciento de votos nulos.
La reforma de 2006 eliminó del Estatut d’Autonomia la barrera del cinco por ciento, pero esta sigue vigente en la Ley Electoral valenciana, que el pleno de las Corts modificará en este trimestre si no hay cambios en la posición de los grupos. Se requiere el apoyo de dos tercios de la cámara (66 diputados de 99) y la supresión del listón la apoyan PSPV, Compromís, Podemos, Cs y no adscritos, 67.
