El devenir de las especies está marcado por el lado hacia el que los fenómenos geológicos y naturales determinan que caiga la moneda a lo largo de miles de años de evolución. En este sentido, un equipo de paleontólogos del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva (ICBiBE) de la Universitat de València (UV) ha llegado a la conclusión que la baja diversidad de tiburones que viven en las profundidades del actual Mediterráneo se puede deber en parte a fenómenos recientes como las bajas cantidades de oxígeno o anoxia en el fondo marino de hace unos 10.000 años . Este hecho matiza la hipótesis clásica de que la pobreza faunística de este ecosistema fue consecuencia de la gran crisis de salinidad del Messiniense de hace entre 6 y 5,3 millones de años, durante la cual casi se llegó a evaporar por completo el Mediterráneo.

El cambio medioambiental del Messiniense, el más extenso y brusco registrado en la Tierra del que se han hallado más evidencias geológicas, causó la rápida desecación del Mare Nostrum debido a que durante 700.000 años, un breve lapso de tiempo a escala geológica, el Mediterráneo quedó aislado del Atlántico porque el levantamiento tectónico de las cordilleras bética y rifeña llegó a cerrar el Estrecho de Gibraltar. Al quedar aislado del Atlántico, el nivel del agua bajó un kilómetro en vertical en nuestro "mar entre tierras" cuya profundidad media es de 1,6 km.

Las conclusiones de la investigación del ICBiBE, publicada en la revista "Historical Biology", se extraen a partir de restos fósiles de un yacimiento del Mioceno en el actual término municipal de Sax (Alto Vinalopó). El trabajo concluye que el empobrecimiento actual de las faunas abisales mediterráneas, al menos de tiburones, no se ha debido directamente a la Crisis del Messiniense. Los paleontólogos de la UV apuntan que que acontecimientos geológicos mucho más recientes pudieron tener un impacto mayor. Entre ellos, varios episodios de anoxia (falta de oxígeno en los fondos oceánicos) ocurridos entre hace unos 10.000 y 6.000 años pudieron menguar de forma significativa las poblaciones de tiburones de profundidad .

La descripción de las faunas de escualos de este yacimiento alicantino del Mioceno Mediano -entre 11 y 13 millones de años- ha permitido a los investigadores conocer qué tiburones habitaban el Mediterráneo antes de su cierre y desecación. En Sax se ha encontrado multitud de dientes y escamas pertenecientes a varios grupos, incluyendo tiburones cigarrillo (Isistius), tiburones linterna (Etmopteridae), tiburones sierra (Pristiophorus), tiburones gato (Scyliorhinus), solrayos (Odontaspis), marrajos (Isurus) y el gran megalodón (Otodus megalodon), entre otros.

Extinción de especies

Frente al nuevo enfoque planteado por el ICBiBE coordinado por Carlos Martínez, integrante del Grupo de Paleontología y Biología Teórica, la visión hasta ahora vigente es que hace aproximadamente cinco millones y medio de años, el Mediterráneo se aisló gradualmente del Atlántico, fenómeno que provocó la práctica desecación del primero. "Este acontecimiento, conocido como la Crisis del Messiniense, causó cambios drásticos en el clima, la salinidad y el nivel del mar eliminando por completo los ecosistemas abisales de gran profundidad y conduciendo a muchas especies a la extinción", explica Carlos Martínez.

Este hecho relaciona varios tipos de tiburones, desde especies típicas de costa hasta especies que habitarían las grandes profundidades. Estas últimas son de gran interés, puesto que han permitido indagar sobre el impacto de la Crisis del Messiniense en los ecosistemas abisales mediterráneos. La comparación de estos resultados con faunas posteriores del Plioceno y Pleistoceno ha revelado que la recolonización de tiburones abisales desde el Atlántico tras la reapertura del Estrecho de Gibraltar fue muy importante, y llegó a establecer comunidades muy similares a las que ya existían antes de este acontecimiento.

Los restos fósiles estudiados de Sax se encuentan en el nuevo Museo de Historia Natural de la Universitat de València, el cual abrirá sus puertas el próximo 15 de Febrero. El trabajo de identificación taxonómica se ha basado en el análisis comparativo con fósiles de las colecciones del Museo de Historia Natural de Basilea, el Instituto y Museo de Paleontología de la Universidad de Zurich y de la colección privada de René Kindlimann en Suiza.