La remodelación de la cúpula administrativa de la Conselleria de Cultura, Educació, Ciència i Esport que está desplegando el conseller Vicent Marzà para agilizar la gestión en áreas claves de este macrodepartamento, adelantada ayer por Levante-EMV, no convence a la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF). Este sindicato lamenta que la Conselleria de Educación destine «más de un millón de euros a la creación de nuevas subdirecciones generales en lugar de emplear ese dinero para reforzar departamentos como los de personal y nóminas».

La CSIF recuerda que la falta de de personal en el área de nóminas está provocando el retraso de pago de sexenios o complementos o de la revisión de las comisiones de servicio al profesorado de la conselleria. «Existen docentes que recorren cada día cientos de kilómetros para acudir a sus centros de trabajo por falta de personal para revisar sus peticiones de comisiones de servicio», denuncia el sindicato. Del mismo modo, subraya que «todavía numerosos cargos directivos de centros no cobran sus complementos por falta de actualización de datos, al igual que ocurre, en general, con el abono de trienios y sexenios».

La CSIF considera una contradicción que «exista dinero para generar altos cargos, ocupados por personal externo y con la finalidad de impulsar decisiones políticas mientras lo escatima para aumentar el personal técnico de gestión de la propia conselleria, que se ocupa de revisar sexenios, complementos, comisiones de servicios, concursos de traslados o agilizar el pago al Servicio Psicopedagógico Escolar (SPE)».

La reestructuración, que tiene su origen en el Reglamento Orgánico y Funcional (ROF) de la conselleria aprobado en noviembre, se centra en la creación de cuatro subdirecciones generales con sus correspondiente jefaturas de servicios, lo que ha generado una serie de nombramientos en el que están ahora inmersas las distintas direcciones generales. La mayoría son ascensos de jefes de servicio que ahora pasan a subdirectores, pero también hay algún cese. Estas subdirecciones y jefaturas, aunque de perfil técnico, son puestos de libre designación reservados a funcionarios del máximo nivel (grupo A1).