«No tengo ningún miedo a nada». El expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, se mostró así de seguro ayer por la tarde tras pasar más de dos horas declarando en el Juzgado de Instrucción número 17 de València, a pesar de que después de estar varios años casi desaparecido, la corrupción lo ha devuelto a la primera página de la crónica judicial.

La presión sube en torno al exjefe del Consell, a quien hace apenas dos semanas Ricardo Costa señalaba como «máximo responsable» de la financiación ilegal del Partido Popular en la Comunitat Valenciana.

Los hechos por los que Camps vuelve a estar imputado -ahora investigado- están relacionados con el circuito de Fórmula 1, un gran premio que acogió València entre 2008 y 2012. Según explicó ayer El Mundo, las diligencias, que son secretas, van encaminadas a investigar el diseño del trazado del mismo, un proyecto que costó cerca de 90 millones. Hay al menos otros ocho imputados más, entre ellos el exconseller de Infraestructuras Mario Flores y el ex secretario autonómico Victoriano Sánchez Barcaiztegui.

Como publicó Levante-EMV el pasado mes de mayo, la sección de Delitos Económicos de la Fiscalía (aunque posteriormente, al parecer, el caso ha derivado a Anticorrupción) se interesó por expedientes adjudicados por el anterior gobierno del PP en el año 2007 por el entonces Ente Gestor de la Red de Transporte y de Puertos de la Generalitat (GTP) para la contratación de la asistencia técnica y del apoyo a la dirección de obra relativas a las obras ejecutadas para la conexión de la Alameda-Avenida de Francia-Puerto y Acondicionamiento de la Marina Real, dentro de los trabajos para la realización del Gran Premio de Fórmula 1.

Asimismo, se reclamaba toda la información de que se disponía en la conselleria sobre el viaje que realizaron a Dubai y Bahrein el exconseller Mario Flores y Victoriano Sánchez Barcaiztegui en 2008.

Con todo, el expresidente quiso ayer respetar el secreto de las diligencias y no aportó datos más allá de que no le han impuesto ninguna medida cautelar y no está previsto que vuelva a declarar en próximas fechas. Sí sacó pecho, sin embargo, del circuito de Fórmula 1. «Sería honorable que los que gobiernan hoy tuvieran la altura política de reconocer lo que otros han hecho antes. A lo mejor es que no están a la altura del cargo», arremetió un Camps que recordó por momentos al expresidente acorralado por los trajes de Gürtel en 2011 y que explicó que «gracias a la fe religiosa, uno ve las cosas de manera diferente, con más distancia y perspectiva».

Lejos de amilanarse tras pasar por el interrogatorio de la jueza, el exjefe del Consell sacó su lado más político y defendió la línea de grandes proyectos que caracterizó su etapa en el Gobierno valenciano. «Lo he dicho en el parlamento valenciano y donde ha sido oportuno, tengo tranquilidad absoluta y la conciencia de saber que he hecho algo creo que extraordinario para València», zanjó el expresidente. Ni el caso Gürtel que se dirime estos días en la Audiencia Nacional ni las dos imputaciones que pesan sobre su cabeza «afectan» a su reputación, aseguró ayer. «Lo importante es que la gente que te rodea sepa que no has hecho nada fuera de la ley y que eres buena persona. Otros intentan generar insidia y desnoblecer la política. Yo tengo tranquilidad absoluta y mi reputación intacta», apostilló.