Si bien es cierto que las últimas lluvias y nevadas han supuesto un pequeño desahogo para los regantes y los agricultores valencianos ante la severa sequía que afecta a la cuenca mediterránea, los datos pluviales de lo que llevamos de año hidrológico siguen sin ser nada esperanzadores.
Según el resumen de la evolución de las precipitaciones en España publicado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) -que fue elaborado el pasado jueves 8 de febrero-, el nivel pluviométrico que se ha registrado a nivel nacional desde el pasado 1 de octubre -cuando comienza el año hidrológico- hasta el 6 de febrero se encuentra un 29 % por debajo del valor medio del período de referencia 1981-2010, con 220 litros por metro cuadrado recogidos frente a la media de 312.
Pero los datos son todavía más preocupantes en la cuenca mediterránea, en la que se encuentra la Comunitat Valenciana. El mismo informe de Aemet advierte de que este déficit de precipitaciones llega a superar el 50 % en la franja que va desde Tarragona hasta València. Es decir, en lo que ha transcurrido de año hidrológico, las precipitaciones no han llegado ni a la mitad de la media de referencia en este territorio.
Aunque las últimas lluvias ayudarán sobre todo a que no haya que tomar agua de los embalses para regar -sólo con las precipitaciones registradas hace dos semanas los regantes el Júcar, por ejemplo, aseguraban que serían suficientes para no tener que regar hasta el mes de marzo-, la situación continúa siendo preocupante. El motivo: el déficit hídrico actual es tal que los regantes temen que el agua almacenada en los embalses no sea bastante para los meses secos en primavera y, sobre todo, en verano.
Los últimos datos del Ministerio de Medio Ambiente -de principios de esta semana- apuntaban a que la reserva hidráulica del Júcar se encuentra al 26,2 % de su capacidad con 874 hectómetros cúbicos almacenados -un 36 % menos que la media de los últimos diez años-, y la del Segura al 15,8 % con 180 hectómetros cúbicos -hasta un 66 % por debajo de la media del último decenio-.
Nieves que benefician a acuíferos
No serán precisamente las últimas nieves las que permitan una mejora notable del estado de los embalses valencianos. El motivo: la densidad de la nieve es muy diferente a la del agua procedente de las lluvias y su afección en los pantanos es mínima, ya que no producen las escorrentías necesarias. ¿Quiere decir esto que se pierde el agua de la nieve? No. El manto blanco se irá filtrando en la tierra de manera que redundará en un gran beneficio para los acuíferos.
