La reapertura de la sede del Consell en la capital de España se convertirá hoy en un acto reividicativo por la financiación después de que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, haya renunciado a la quita de la deuda de las comunidades peor financiaciadas, entre las que está la Comunitat Valenciana. El ministro sí habla de buscar soluciones, vía reestructuración de la deuda, aventura, pero no de quitas.

El Consell volverá a tener oficina en Madrid desde hoy tras seis años cerrada -fue una decisión del gobierno de Alberto Fabra en plena etapa de recortes- y verá de nuevo la luz bajo el mensaje reivindicativo de un nuevo modelo de financiación, un problema que el presidente Puig intenta visibilizar en Madrid como una cuestión de Estado.

Ayer Puig ya apuntaba maneras sobre lo que será la recuperación de la sede en Madrid. El presidente de la Generalitat recordó antes de la comida con empresarios de AVE en Alicante que este miércoles estaría en Madrid, donde recordará la situación de la C. Valenciana y que como responsable autonómico no va a bajar los brazos, como tampoco lo harán los ciudadanos.

«Los valencianos no podemos bajar los brazos», indicó en relación a las últimas manifestaciones de Montoro de no aceptar una de las principales reivindicaciones de la C. Valenciana como es la quita de, al menos, parte de la deuda.

«La financiación no es un debate entre políticos, sino un debate que tiene que ver con la realidad valenciana del ciudadano porque es más sanidad y más educación», apuntó.

El presidente siguió con un discurso en el que intenta situar al Gobierno de España en la estrategia de la confrontación. Para Puig, el Gobierno central no ataja el problema con diálogo sino desde las reticencias territoriales. «Se está haciendo demagogia» al hablar de la deuda «en los términos en que se habla», manifestó.

Recordó que el compromiso del Gobierno estatal en la conferencia de presidentes fue poner en marcha un nuevo sistema de financiación en 2017 y que eso no ha ocurrido, por lo que alertó de que «la falta de credibilidad pone en peligro las instituciones si no se cumple la palabra dada».

El conseller de Hacienda, Vicent Soler, subrayó por su parte ayer que la Generalitat no aceptará ningún acuerdo sobre la reforma del sistema de financiación si no incluye una compensación de la deuda del ejecutivo valenciano derivada de la infrafinanciación.

«La Generalitat no aceptará ninguna solución de futuro que no pase por solucionar los problemas del pasado», remarcó.

Para el conseller, la afirmación el pasado lunes de Montoro en Madrid es «una broma de mal gusto» y «un insulto a la inteligencia» porque «no se puede tratar por igual situaciones diferentes». «Parte de la deuda corresponde a la corrupción, el despilfarro y la mala gobernanza», dijo.