Fiel a la narrativa de pactos y desacuerdos, de giros políticos inesperados y de cambios de opinión de última hora, el acuerdo de los horarios comerciales fue aprobado ayer al fin en las Corts en medio de una gran incertidumbre.

El acuerdo, gestado y modelado por los propios agentes del comercio (grandes superficies, pequeños comerciantes, consumidores, etc), salió adelante tras una jornada de tensión en los pasillos del parlamento, después de que Podemos y Ciudadanos dejaran en el aire hasta última hora el sentido de su voto y pusieran contra las cuerdas al Gobierno de PSPV y Compromís.

Lo que en prinicipio iba a ser un respaldo prácticamente unánime a la propuesta del sector y muy alejada de las pretensiones de Compromís, fue aprobado finalmente por una ajustada mayoría. Solo PSPV y Compromís votaron a favor; el PP se opuso (aunque más por la forma que por el fondo, según explicaron), mientras Podemos y Ciudadanos se abstuvieron.

El acuerdo supone el fin de la libertad horaria total en València, en vigor desde que en enero de 2013 el ayuntamiento pusiera en marcha varias zonas de libertad horaria, abriendo una batalla en el sector. A partir de ahora, las grandes superficies como El Corte Inglés, Carrefour o Media Markt, y las tiendas de los centros comerciales, pasarán de abrir de 63 domingos y festivos a solo 38 en València y Alicante.

Unas jornadas aperturables, en todo caso, concentradas en las estaciones más rentables para el gran comercio: Semana Santa y el periodo que discurre entre el 15 de junio y el primer domingo después del inicio de las rebajas de enero. El texto legal aprobado incorpora una cláusula para que los consejos locales del comercio consensúen marcos más restrictivos.

En el lado opuesto del nuevo régimen regulador, los municipios que no gozan de ninguna zona de libertad horaria, como los del área metropolitana de València, solo podrán abrir once festivos, uno más que ahora. Se repartirán en los periodos de rebajas, Semana Santa y la campaña de Navidad.

A efectos prácticos, el acuerdo entrará presumiblemente en vigor el domingo 25 de febrero. El acuerdo aún tardará días en aparecer en el Diari Oficial y no es oficial. A partir de ese día, el régimen de libertad horaria total de València pasará a la historia. El comercio no podrá volver a abrir en festivo hasta Semana Santa.

Dos años de desgaste y una crisis

Esta incerteza hasta última hora, y el hecho de que aún no sea oficial cuál será el primer domingo de cierre, ha causado un gran malestar entre comerciantes, trabajadores y empresas, que no han podido organizar el horario de sus plantillas.

El nuevo escenario, pese a ser restrictivo, queda muy lejos de las expectativas iniciales de Compromís y la Conselleria de Economía. Tras dos años y medio chocando contra los servicios jurídicos de la Generalitat, las amenazas judiciales de los operadores, y una guerra entre cargos de PSPV y Compromís que provocó la salida de la número dos de la conselleria, Maria José Mira, el conseller Climent y su director general, Natxo Costa, parecen darse por satisfechos.

Otra cosa son los operadores afectados por el régimen de aperturas. Los del área metropolitana siguen sufriendo un agravio al poder abrir mucho menos que los de la vecina València.

El centro comercial MN4, como adelantó este diario, recurrirá al Ministerio de Economía al entender que se viola la Unidad de Mercado. El pacto del comercio ya es un hecho; ahora tendrá que probar su solidez jurídica.