Al cuarto año de su creación, Podemos ha completado el giro en su estrategia política en la Comunitat Valenciana que puede llevarle desde la posición intermedia entre oposición y gobierno en la que se encuentra ahora a gestionar alguna de las conselleries en 2019.

Convertido en el socio externo en el primer mandato del Botànic, la formación morada ha tratado estos años de influir desde fuera con mayor o menor éxito en las políticas del Consell de PSPV y Compromís.

Pero esa posición le ha generado momentos de gran frustración ya que al quedar apartado de la gestión, su poder sobre las decisiones políticas es nulo. Incluso cuando ha criticado la escasa valentía de sus socios a la hora de abordar algunas políticas, especialmente en Medio Ambiente o Turismo, los compañeros de viaje botánico (Compromís y PSPV) le han reprochado que no tuviera arrojo suficiente para entrar en el Consell y se limitara a criticarlo desde fuera, en una posición muy cómoda que le permite dar lecciones pero sin remangarse y que deja la ejecución de las políticas en manos de otros.

Pero la etapa de influencia externa va camino de su final. La formación que lidera Antonio Estañ está decidida a entrar en el gobierno valenciano si se reedita el segundo Botànic que todas las encuestas pronostican.

El debate interno ha concluido y ya tienen claro que el momento habrá llegado en junio de 2019. Entrarán en el gobierno y asumirán parte de la gestión. Internamente se concluye que habrá Botànic II porque la suma de PP y Ciudadanos no llegará para gobernar y Podemos ya no tiene dudas de que los grandes cambios solo pueden impulsarse desde dentro.

Ese es el gran debate que ha completado la formación morada en este tiempo, en el que ha comprendido que su rodaje en el conocimiento de la política valenciana es ya suficiente y también la necesidad de pasar a la acción. Abrir un tiempo nuevo, en el que ya no se hable de consolidación del Botànic o de un posible paréntesis entre gobiernos de la derecha sino de puesta en marcha de políticas atrevidas que busquen verdaderos cambios estructurales.

Ese cambio de estrategia estaba en boca de forma más o menos intensa en dirigentes de la formación. Pero hace unos días lo confirmó el propio Estañ en un encuentro universitario en el que compartió escenario con politólogos y sala con estudiantes y simpatizantes podemistas.

Estañ no suele ser tan claro en sus apariciones en las Corts a preguntas de los periodistas. Pero en ese foro universitario en el que estaba cómodo, ya en el turno de preguntas de un público «amigo» y tras dos horas de exposiciones, el líder morado lo dejó meridianamente claro: «Nuestra obligación y nuestro papel es entrar en el gobierno».

Nunca un líder de Podemos había sido tan claro respecto a la posibilidad de gobernar. Ni el anterior secretario general, Antonio Montiel, cuando cumplido el primer año de legislatura amagó con entrar en el Consell con el íntimo deseo de ocupar alguna cartera como Vivienda o Economía.

Pero lo que se abrió entonces fue una crisis interna que dio al traste con sus aspiraciones en unos momentos en los que además su liderazgo empezaba a cuestionarse. Fueron muchos quienes pusieron en duda la oportunidad de aquella iniciativa y el desmarque interno resultó evidente.

Pero el momento es nuevo y la lógica interna de Podemos también. Estañ ya habla de «obligación», lo que supone un paso muy sustancial. El síndic en las Corts va a cumplir en unos días nueve meses al frente de Podemos en la Comunitat.

A sus 30 años su liderazgo está consolidado y si somete a criterio de sus bases la posición de entrar en el Consell no se la cuestionarán. Estañ ha tratado de poner en práctica en este tiempo lo que llama portavocías corales para que el protagonismo no recaiga exclusivamente en él y la iniciativa ha servido para integrar a quienes fueron rivales internos, pero también para reforzar su figura porque el hecho de que demuestre que no tiene afán de notoriedad denota mucha humildad, algo de lo que adolece, por ejemplo, el líder máximo de la formación, Pablo Iglesias, que abortó hace justo un año en Vistalegre II cualquier posibilidad de coralidad con el arrinconamiento de Íñigo Errejón y sus afines. Por eso, hoy nadie duda de que Estañ es la persona con más influencia entre las bases en la Comunitat Valenciana. Su voz siempre es la más escuchada y respetada.