Las reacciones continúan sobre el caso del aparato de grabación aparecido en el despacho de la concejala de Urbanismo de Alicante, Eva Montesinos. Ayer, el alcalde de la ciudad, el también socialista Gabriel Echávarri, negó que se hubiera producido «espionaje» en el consistorio y alegó que el dispositivo era «inerte, como si hubiera un jarrón».

Con todo, aseguró que daría traslado a la Policía Nacional ayer mismo, tras la denuncia presentada por el portavoz de Guanyar y exedil del área, Miguel Ángel Pavón.

Echávarri sostuvo, como ya hizo la propia Montesinos el lunes, que el aparato «no almacena datos», por lo que «no estaba para interferir las conversaciones y la privacidad en el despacho». Echávarri fue rotundo al afirmar que Eva Montesinos «no estaba siendo escuchada ni era víctima de absolutamente nada».

En una comparecencia pública, junto a los diputados nacionales del PSPV Patricia Blanquer y Hérick Campos, Echávarri justificó la inacción de la corporación municipal al descubrir el dispositivo porque no se trataba «de ninguna acción delictiva» y por ello se decidió no denunciar.

Todo para que «no hubiera ruido y lío mediático», y criticó la actitud de otros grupos políticos que «quizás» hubieran montado «el mismo lío que yendo a denunciar, pero nosotros nos dedicamos a trabajar», señaló.

Echávarri llamó a la «tranquilidad absoluta» y argumentó que el aparato «no podía estar funcionando cuatro años con una pila que hay que cambiar».