Una lucha que comenzó a fraguarse hace ahora cinco años ha terminado con final feliz para la decena de asociaciones de mujeres que perdieron la sede en la que estuvieron reuniéndose durante viente años en la calle Martínez Cubell de València. Tras años de reinvindicaciones, el colectivo cuenta ya oficialmente con un nuevo local en Guillem de Castro donde poder reunirse y desarrollar su labor de apoyo a otras mujeres, algunas de ellas, víctimas de malos tratos. Esta suerte de nueva ágora con nombre de mujer fue inaugurada el pasado 1 de marzo y pone fin a años de protestas. Los problemas para este colectivo comenzaron en la legislatura pasada, con el Gobierno de Alberto Fabra, en concreto, cuando la entonces directora general de la Mujer, Laura Chorro, les comunicó por carta que, por razones presupuestarias, se procedería a rescindir el contrato de alquiler que abonaba desde hacía años la Generalitat.

La conselleria les ofreció como alternativa un local ubicado en un polígono industrial, «mal comunicado» y que según defendían de las mujeres era poco adecuado para atender a colectivos vulnerables. La resistencia de las mujeres (protagonizaron decenas de protestas de todo tipo) aplazó el desalojo (la conselleria dejó de pagar las facturas), pero hubo que esperar al cambio de gobierno para que la Generalitat diera una solución definitiva al problema.

Los partidos de izquierda, ahora en el gobierno, se comprometieron a respaldar financieramente un local donde las entidades de mujeres pudieran reunirse. Finalmente, no podrán volver al ya histórico local de Martínez Cubell, pero tienen ya un espacio propio en un lugar cétrico de València. Durante la inauguración del local, acto al que asistió la actual responsable del Institut de les Dones, Maria Such, se recordó la lucha mantenida por las entidades de mujeres.