La Unión Europea ha tenido como objetivo desde su fundación y más decididamente a partir de la entrada de los países del sur -España, Grecia y Portugal-, la convergencia económica y social. Lograr que cada ciudadano, independientemente de su lugar de residencia o nacimiento, tuviera similares niveles de bienestar, las mismas oportunidades. De ahí surgió la política de cohesión, que en estos momentos es la que más fondos recibe. Europa, según el informe, experimenta un aumento de la divergencia entre regiones, pero también hay una lectura positiva que subrayan los autores: «Las antiguas líneas divisorias entre el norte y el sur, entre Europa Occidental y oriental se están difuminando», aseguran. Un posible objetivo sería analizar qué están haciendo bien regiones que despuntan en el EQI mientras los países a los que pertenecen decaen. Los investigadores citan el caso de Navarra.
