El mayor carnívoro terrestre en los últimos 800 000 años, el oso de cara corta ('Arctodus simus') de América del Norte, ha sido uno de los más grandes depredadores de todos los tiempos hasta que se extinguió hace 12.500 años. Esta "máquina" de devorar carne era el rey de los carnívoros de la Edad de Hielo con sus 1,6 metros de altura en el hombro, 3,5 metros en posición vertical, y sus impresionantes 745 kilógramos de peso.

Pero todos los reinados son efímeros y, 1.250 siglos después de su extinción, el mito de este hipercarnívoro se ha venido abajo gracias al análisis de dientes fósiles realizados por el investigador del Departamento de Biotecnología de la Universidad de Alicante (UA), Alejandro Romero. Esta investigación constata que el mayor carnívoro de la Edad de Hielo se pasó a los vegetales para sobrevivir. El estudio, liderado por Borja Figueirido de la Universidad de Málaga (UMA), ha sido publicado recientemente en la revista "Scientific Reports".

"Hemos destronado al mamífero hipercarnívoro más grande que ha pisado la Tierra", subraya Figueiredo. "Nuestros resultados, además, sugieren que la población de 'Arctodus simus' situada al sur de Norteamérica era más omnívora que las poblaciones altamente carnívoras del noroeste", añade el científico de la UMA.

Restos de caries en los dientes por carbohidratos vegetales

En concreto, tras el análisis con técnicas microscópicas y modelos virtuales desarrollados por Alejandro Romero, se han encontrado lesiones cariosas por carbohidratos, presentes en vegetales, en los restos dentales hallados en el yacimiento del Rancho La Brea de Los Ángeles (California). "Uno de los lugares más paradigmáticos para el estudio de mamíferos fósiles durante el Pleistoceno en América del Norte", según el investigador de la UA.

"Se trata de una investigación interesante - añae Romero- ya que se han registrado por primera vez caries en restos de dientes de 'Arctodus simus', evidenciando que pudo adecuarse a recursos vegetales en su alimentación derivado de cambios climáticos o competencia con otros depredadores".

Este trabajo ha contado, además, con otros expertos en Paleontología y ecología de vertebrados como Alejandro Pérez-Ramos de la UMA e investigadores del Museo de Historia Natural y del Museo de Rancho La Brea de los Ángeles (EE UU).

La extinción del oso de cara corta está relacionada con la desaparición de sus grandes presas y también por la irrupción en América del Norte de un competidor llegado desde Eurasia, más pequeño y omnivoro, el oso pardo ('Ursus arctos'). A estos dos factores se suma la mejora de las técnicas de caza de los humanos, que permitieron esquilmar las poblaciones de 'Arctodus simus' de forma tanto directa como indirecta debido a la presión sobre los grandes mamíferos que componían la dieta del oso gigante.