Uno de los mayores piratas informáticos del mundo, acusado de desvalijar cajeros automáticos de bancos, sobre todo rusos y estadounidenses, se encuentra desde el pasado día 9 en prisión tras ser localizado y apresado en Alicante dentro de una operación internacional en la que participaron agentes de la Policía Nacional, del FBI, de Europol y de la Policía de Rusia. El arrestado está considerado el cerebro de un entramado acusado de estafar cientos de millones de dólares a entidades bancarias, según fuentes cercanas al caso. Es un «hacker» con capacidad de vaciar de dinero cajeros automáticos en cualquier parte del mundo y a cualquier hora, todo ello con troyanos que le permitían acceder a los sistemas de las entidades bancarias y programarlos a su antojo.

El robo en los cajeros no era el único método usado para sustraer fondos a los bancos, aunque no han trascendido más detalles del «modus operandi» al estar la investigación bajo secreto de sumario. El apresado, un ciudadano ucraniano de unos 40 años de edad, ha sido acusado de los delitos de estafa, blanqueo de capitales y organización criminal.

Una fortuna

La operación para capturar al hacker ucraniano ha sido todo un éxito porque los investigadores habrían logrado intervenir al detenido varios millones de bitcoins, toda una auténtica fortuna porque, por ejemplo, esta semana el cambio de cada unidad de esta moneda virtual estaba en cerca de 8.000 dólares. Este dinero virtual presuntamente fue adquirido con los cientos de millones de dólares sustraídos.

La operación internacional la coordina y dirige el juzgado central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional. Fuentes de este órgano judicial confirmaron a este diario que el detenido compareció el pasado día 9 en la Audiencia Nacional y se acordó su ingreso en prisión provisional, pero no aportaron más datos sobre la investigación. El magistrado que instruye las diligencias ha decretado el secreto de sumario.

El detenido estaba viviendo en un piso de alquiler en la Playa de San Juan de Alicante junto a su pareja y un menor. El arresto se llevó a cabo la mañana del día 6 y en la intervención participaron efectivos de la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT) de la Comisaría General de Policía Judicial y del FBI, así como agentes de Rusia y de Europol. Los investigadores realizaron un registro domiciliario autorizado por la Audiencia Nacional y el mismo se prolongó durante todo el día.

La pareja del «hacker» no fue detenida pero él sí y fue trasladado a última hora del martes a los calabozos de la Comisaría Provincial, donde pasó dos noches antes de ser trasladado a Madrid para ser puesto a disposición judicial en la Audiencia Nacional.

Dado el hermetismo policial y judicial sobre esta investigación de la Audiencia Nacional con ramificaciones internacionales, apenas se conocen datos sobre el alcance real de la operación, aunque diferentes fuentes consultadas por este diario han coincidido en señalar que se trata de una actuación importantísima porque el sospechoso era uno de los mayores hackers que ha causado estragos a entidades bancarias, especialmente de Rusia, aunque también de Estados Unidos. Por ello, aunque las diligencias se instruyen en el juzgado central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, no es descartable que el detenido acabe siendo extraditado.

El software usado por el detenido es uno de los secretos por el que seguramente pagaría una fortuna más de un ciberdelincuente. Desde el ordenador de su piso podía dar instrucciones precisas para vaciar cajeros de todo el mundo al poder programarlos para expender a la hora que fijara la cantidad que quisiera. Únicamente debía contar con la ayuda de «mulas», colaboradores que deben estar en el cajero a la hora prevista para poner la mano y recoger el dinero a cambio de una comisión.