Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ante el Día del Padre

Las caras de la paternidad

Cada vez son más los padres que luchan por la custodia compartida para afianzar el vínculo emocional con sus hijos

Las caras de la paternidad

Decía Virginia Woolf que una debe ser «mujer con algo de hombre» y «hombre con algo de mujer». Este es, para la socióloga de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Mireia Cabero, el principio que debe legitimar las relaciones de paternidad. Con motivo del Día del Padre, la socióloga ha tenido a bien reflexionar acerca de los roles del padre dentro de la familia y cómo estos afectan en el desarrollo adulto de sus hijos e hijas en el futuro. «En las parejas es importante que los hijos reciban de ambos modelos», explica la experta, «basados en los liderazgos socialmente construidos», que «no deberían estar íntegramente divididos según el género».

Históricamente, a la madre se le ha relacionado con unos roles que tienen mucho más que ver con la ética del cuidado, con la empatía y la sensibilidad. Mientras, el masculino «tiende más a lo pragmático y la consecución de retos», relata.

La socióloga habla de una «paternidad logística», basada en los roles tradicionales patriarcales en los que la protección (sobre todo a nivel físico), la seguridad económica y material predominan sobre la sensibilidad. Roles que se modifican cuando el modelo tradicional de familia también cambia. En el caso de los padres separados, divorciados o adoptivos, los modelos de paternidad acaban por recobrar la sensibilidad en la educación de los hijos.

David Ferrer, expresidente y mediador en la Asociación de Padres y Madres separados de València, defiende la necesidad de la custodia compartida como «un gran progreso». Ferrer reconoce que antes de la inserción de la mujer en el mundo laboral, las custodias acababan siendo para ellas, pero que, con el paso del tiempo, se ha empezado a luchar por que los hombres también tomen partido en la crianza. «Ahora nos encontramos en un 'ring' en el que debemos luchar por la custodia», indica el mediador, que añade que cada vez son más los padres que solicitan la custodia compartida. Aunque no le gusta hablar de «custodia», sino de «copaternalidad». Al obtenerla, «los padres somos capaces de demostrar, de forma cotidiana, que estamos involucrados en las tareas del niño. Solo hay un punto que nos diferencia: la lactancia materna», resalta.

Sin embargo, para ello, indica, es necesario un mayor número de medidas que faciliten los recursos judiciales para que la «copaternalidad» sea posible. «En países como Francia ofrecen viviendas comunes para que sean los padres los que roten de una casa a otra según si tienen a los hijos o no, y el menor se encuentre protegido en su hogar», explica.

Ferrer, como mediador, reconoce haber visto muchas posiciones paternales al respecto: «Desde el padre que solicita la custodia compartida y cuando los cambios en su vida se le echan encima se tiran para atrás, hasta los que tenían 'el instinto paternal muerto' y lo reaviva el día a día con su hijo o hija». Reconoce, sin embargo, que quien verdaderamente posee el instinto paternal es quien «no se echa nunca atrás».

Un vínculo que Rafael Bartual, miembro de la Asociación Familiar de Defensa de la Adopción, tuvo desde joven, por lo que cuando los médicos detectaron que era infértil, no dudó en acordar con su mujer, Inma, en adoptar a la que es ahora su hija Irene, de 21 años. «Aquello ocurrió cuando la espera para adoptar era inmensa. Nosotros escalamos un gran número de puestos al aceptar un bebé de origen migrante», explica Bartual. «Era otra época y la gente no estaba dispuesta a que les señalasen con el dedo», añade.

De esta problemática se tuvo que encargar Bartual en su familia, junto a Inma. «Tuvimos que enfrentarnos a comentarios inapropiados y xenófobos de otros padres que decían que mi hija 'había salido muy morenita', pues su origen es marroquí. No tuvo la posibilidad que tienen otros hijos adoptados de camuflarse como hija natural nuestra», reconoce. «La adopción conlleva particularidades, pero la situación dificultaba aún más la paternidad. Cuando pensé en ser padre, nunca imaginé que tendría que explicarle a mi hija por qué no es igual que yo. Para mí toda ella es maravillosa, una 'supermujer', pero ella no lo ve así», lamenta.

El rol de padre en una familia adoptiva es totalmente distinto a la tradicional, explica Bartual. «Tenemos responsabilidades distintas. Además, solemos ser padres de pocos hijos que centran su atención en uno solo y que de verdad estamos comprometidos con la infancia. A veces la naturaleza da hijos a quien no los quiere», reconoce. «La paternidad está sembrada de tópicos, pero yo he visto a mi padre hacer comidas, poner la mesa, no como partícipe, sino como corresponsable. Es una cuestión de valores, de vínculos, que se 'maman' desde pequeños. El ejemplo debemos ser nosotros», aconseja.

Compartir el artículo

stats