n En todas las quinielas sobre quién será la candidata del PP para la alcaldía de València suena el nombre de María José Català. Ayer reconoció su disponibilidad para «lo que diga el partido y lo que el proyecto político requiera de mí». Català comenzó su intervención en el Foro Ciudadano reconociendo que su etapa al frente de la alcaldía de Torrent (2007-2010) fue «la mejor y más gratificante» pero aseguró que para repetir liderazgo en el consistorio del cap i casal hay personas «más adecuadas y preparadas que yo».

Aún así, reiteró su plena disposición en todo aquello que el partido necesite de ella, como ya hizo cuando el entonces presidente Alberto Fabra le propuso ser consellera de Educación. Català declaró que en ese momento dejó la alcaldía «con mucho dolor» pero respondió a la llamada de su partido.

Català no escondió su predilección por la política municipal porque «repercute directamente en la ciudadanía» y reconoció que fue al frente del Ayuntamiento de Torrent donde sembró la vocación política y «cargó pilas». La amplitud de miras se la dio la Generalitat, un puesto que le propició la «paciencia y perseverancia» que requiere la política.

La diputada en las Corts y vicesecretaria de Política Social del PPCV participó en una conferencia del Foro Ciudadanía sobre «Mujer, política y liderazgo social». Aunque pasó de puntillas sobre el papel de la mujer en el ámbito de la política, sí que profundizó en la materia de la que «nunca» dejó de ser consellera: la educación. Criticó la brecha de género en el ámbito educativo que se traduce en la brecha salarial del mercado laboral, y pidió que el debate actual se centrara en estas cuestiones y dejara de lado el plurilingüismo o los centros concertados. Aseguró que la educación concertada es un debate superado» que es eficiente.

De hecho, subrayó el problema en España de politizar la educación y utilizarla como arma política cuando en estos momentos se requiere «un gran pacto estatal» en la materia que evite ideologías y la dispersión de los sistemas educativos por autonomías.

Críticas al modelo sanitario

Català abordó la sanidad como otro eje de la política social, donde volvió a defender la colaboración público-privada como un modelo «que funciona». Calificó de «mala decisión» la rescisión del contrato con el Hospital de la Ribera que ahorra a los fondos públicos «50 millones de euros».