Gabriel Echávarri cede. Será formalmente alcalde de Alicante hasta el 9 de abril, pero ya no ejerce: delega todas sus funciones en su número dos y concejal de Urbanismo, Eva Montesinos. Si dentro de quince días, en la fecha citada, los grupos progresistas no han encontrado los apoyos necesarios (15) para retener la alcaldía, se abrirá el trámite para que otro grupo intente hacerse con la vara de mando. El PP es el que más concejales tiene (8). Echávarri, en todo caso, no volverá, si no hay acuerdo en ese momento. Regresa a su despacho de abogados, anunció ayer.

Esa es la diferencia con la situación de los últimos días. El alcalde había manifestado su intención de dejar el puesto siempre que se alcanzara un pacto por el que Montesinos le relevara.

Ahora, Echávarri deja ya sus funciones, según lo que dijo ayer, y dimitirá formalmente el 9 de abril, haya acuerdo o no.

¿Por qué los quince días de abandono en diferido? El vicesecretario general del PSPV, Manolo Mata, explicó que los tiempos para la renovación de una alcaldía son muy reducidos (20 días) y con esta fórmula se pretende lograr un plazo algo más amplio para facilitar el acuerdo que impida que «vuelva la derecha más retrógrada y corrupta».

Mata compareció en Blanqueries al lado de un afectado Echávarri, cuya actitud elogió. Fue después de la reunión de la cúpula del PSPV, a la que se unió de forma inhabitual el alcalde para plantear su propuesta: delegar ya funciones de alcalde y concejal y dimitir formalmente en 15 días. La iniciativa fue bien acogida por el secretario general del partido, Ximo Puig, y el resto de la dirección.

La convocatoria del secretariado de la ejecutiva había sido el ultimátum de Blanqueries a Echávarri. Después de que Puig dijera el jueves que debía asumir responsabilidades políticas, la cita tenía como objetivo exigir al alcalde formalmente la dimisión si este no daba algún paso antes. Lo dio. Anuló su agenda oficial y se presentó al mediodía ante la dirección socialista.

«Es inhumano lo que estoy viviendo», afirmó después ante la prensa de València. «Yo era culpable de todo y había que desbloquear la situación. No quiero ser un obstáculo», explicó después de resistirse durante meses a dimitir.

La decisión adoptada es un intento por poner el foco sobre el resto de grupos. Compromís, Guanyar Alacant y el PSPV suman 14 ediles. Para la mayoría necesitan uno más. Puede proceder de unos de los no adscritos o de los 5 de Ciudadanos. Es lo que quiere Blanqueries, para no depender de concesiones personales (posibles) a los tránsfugas de Podemos y Cs. «En Alicante no hay neutralidad. Abstenerse es estar con el PP», dijo el alcalde.

Este cargó contra los antiguos socios de Compromís y Guanyar, que abandonaron el gobierno tras la imputación de Echávarri. Sobre este pesan en este momento dos procesamientos: uno por un presunto fraccionamiento de contratos en el área de Comercio y otro por posible prevaricación por el despido de una funcionaria cuñada del portavoz del PP después de que este denunciara el primer caso. Echávarri lamentó que los aliados piden su dimisión desde septiembre, cuando se anunció que iba a ser citado como imputado. «Aquí ha habido persecución. Nadie ha aportado la más mínima propuesta», lamentó Mata.