n «Qué barbaridad... Hasta las pensiones nos quieren robar»; «Hay dinero para armas pero no para pensiones»; «Que sí, que sí, que sí hay dinero, lo tienen los corruptos y los banqueros». Los jubilados de Iaioflautas Valencia y de la Asamblea de Jubilados y pensionistas de la CGT gritaban ayer estos y otros lemas ante la central de Correos de València, lugar elegido para una protesta que consistió en enviarle a la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Ibáñez, las cartas que les enviaron para comunicarles la subida del 0,25% en sus pensiones para 2018. Una cantidad «de miseria» para «unas pensiones de hambre».

«Hemos enviado decenas de cartas como un gesto para que el gobierno del PP recapacite y entienda que nos hemos indignado al recibir un aumento del 0,25% que en la mayoría de casos supone un aumento de entre 1 y 3 euros. Es de vergüenza», explicó ayer el portavoz de la asamblea de jubilados de la CGT, Antonio Pérez.

Las cartas devueltas, además, incluían una carta a la ministra en la que recalcaban que los 600.000 empleos creados el año pasado «son contratos temporales y mal retribuidos en el 92 % de los casos». Y es que los jubilados quieren destacar que el problema de las pensiones «es de todos porque está en juego un sistema que afectará a nuestros nietos». «No es de extrañar que cada vez haya gente más indignada y que ese malestar se convierta en protestas en la calle. Hay muchas propuestas viables para asegurar y mejorar las pensiones públicas. Básicamente se trata de repartir mejor la riqueza que durante toda nuestra vida generamos la gente que trabaja», añadía la misiva.