Domingo de Resurreción en todo el país, domingo de reversión en la Ribera. Dieciocho años después, el hospital de Alzira y el departamento de salud número 11 han vuelto a la gestión pública después de servir de modelo a un nuevo tipo de colaboración público-privada en lo sanitario creado por Ribera Salud y amparado en la Comunitat Valenciana por los sucesivos gobiernos del Partido Popular.

El fin del contrato, este pasado sábado de Gloria, le daba la oportunidad a los partidos del Pacte del Botànic del PSPV y Compromís de cumplir con su promesa de separar la sanidad del beneficio empresarial, algo en lo que lleva insistiendo meses la consellera de Sanidad, Carmen Montón, y que ayer recordó una vez más: «la sanidad es un derecho y debe estar alejado del negocio».

Con el mantra de que las privatizaciones «no son para siempre y con buena gestión y ganas, es posible», Montón le puso cifras a los primeros compases del área de Alzira como el vigésimo departamento gestionado directamente por Sanidad: ocho personas de refuerzo más; 99 pacientes recibidos ya en Urgencias y hasta una niña recién nacida. Y todo, en un proceso de transición «de absoluta normalidad y sin incidentes» que habían tutelado desde la nueva directiva.

Montón desgranó los nombres de los responsables que van a acompañar a la nueva gerente, Isabel González, en la dirección del área: Miguel Barbero como director asistencial; Liliana Fuster como directora médica; Lidia del Pino en Atención Primaria; el actual comisionado Salvador Llopis como director de Enfermería y Carmen López como directora económica y de Recursos Humanos.

A nivel asistencial, trabajadores y usuarios ya pudieron notar los primeros cambios como el refuerzo en la plantilla de personal: la apertura de los consultorios turísticos de Cullera y Sueca, cuatro personas más de Enfermería en Urgencias, dos más en UCI y otras dos en las plantas de hospitalización. Estas nuevas incorporaciones forman parte del aumento de plantilla prometido de aquí a final de año de 303 profesionales contratados en bolsa. Los 254 contratos temporales que acabaron el día 31 quedarán también sustituidos «al 90 % entre el lunes y el martes», según la consellera, y al completo durante esta semana. Más allá de lo inmediato, Montón apuntó las mejoras que están por venir gracias a la inversión prevista de 5,7 millones en el departamento como la potenciación de la Atención Primaria, la hospitalización a domicilio -«con la compra de vehículos para el desplazamiento» de los profesionales, apuntó-, nuevos servicios como el de Cirugía Pediátrica o Neurorradiología o la actualización de tecnología que se está contratando para el área de Oncología.

La transición se notaba ayer más en los despachos que en las salas de espera mientras se ultimaban planillas, se reubicaban los turnos de trabajadores en áreas reforzadas y se ponían a punto los sistemas informáticos gracias al refuerzo presencial de trabajadores de la Conselleria de Sanidad.

La gran prueba de fuego del departamento será el próximo martes día 2 cuando, con la finalización de las fiestas, el hospital y los centros de salud estén ya a pleno rendimiento.