La Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) es la única institución normativa de una lengua oficial en España que no cuenta para el Estado. No figura al menos en los presupuestos, que, como se suele repetir, son la principal ley de un Gobierno. Ni en los de 2018, ni en los de los 17 años anteriores (la Acadèmia funciona desde 2001). La entidad que ahora preside Ramon Ferrer no ha recibido un euro de las cuentas estatales desde que existe.

No es que no lo haya intentado. Hace cuatro años (cuando la crisis arreciaba y la dotación de la Generalitat estuvo a punto de desaparecer), explicaron ayer fuentes de la institución a Levante-EMV, la AVL solicitó por escrito al Gobierno ser tenida en cuenta en los presupuestos. No consiguió nada: ni dinero ni siquiera una respuesta formal. Solo silencio.

Así que ha desistido de volver a intentarlo y no aparece, un año más, en el proyecto presupuestario que el ministro Cristóbal Montoro llevó el pasado martes al Congreso de los Diputados.

Su situación es única. Las instituciones normativas que velan por el buen uso del castellano, catalán, vasco y gallego sí que reciben aportaciones del Estado.

La Real Academia Española es la mejor dotada financieramente en los presupuestos, con 1,6 millones de euros. El Institut d'Estudis Catalans y la Real Academia Galega perciben lo mismo: 283.070 euros cada una. La Euskaltzaindia (Academia de la Lengua Vasca) se lleva 200.000 euros, mientras que la Sociedad de Estudios Vascos resulta agraciada con idéntico pellizco.

La Acadèmia Valenciana de la Llengua cuenta los últimos años con algo más de 3 millones de euros, que aporta la Generalitat, para su funcionamiento. El Gobierno anterior (Alberto Fabra, PP) amenazó con retirar la aportación tras la polémica por la definición de valenciano que reconocía la unidad de la lengua.

Los fondos estatales para organismos lingüísticos dependen del Ministerio de Educación y Cultura. El departamento de Íñigo Méndez de Vigo ha vuelto a relegar al palau de les Artes, el IVAM o el Museo de Bellas Artes en el reparto presupuestario. El olvido de la AVL sería otro elemento en ese memorial de agravios con otras comunidades. Ciudadanos, que ha apoyado las cuentas, criticó ayer la escasa aportación estatal a la ópera valenciana.