Preparador físico, segundo entrenador con 45 años, 33 de ellos jugando a baloncesto, 2,06 metros de altura y pivot. Es la descripción que Paco Sánchez hace de sí mismo. Luego, después de una pausa, y entre risas, dice: «Y con discapacidad mental, claro, por eso estamos aquí».

Se refiere a la cancha de baloncesto del polideportivo que el Ayuntamiento de Burjassot cede a este equipo del Club Deportivo Aderes fundado en 1992 y que, cada año, «hace libres» a David Dehem, Paco Sánchez, Arturo Gisbert, Belén Martínez, Ramón Muñoz, Ricardo Montó, Alberto Villar, Lorena Bayo, Raúl Talavera... Jugadores que inspiraron el recién estrenado filme Campeones, la historia de discapacidad que nació en Burjassot y que refleja, sin ambages, la realidad de personas con diversidad funcional que se dejan la piel cada inicio de partido.

Un equipo que, a pesar de encontrar varios baches en el camino, acumula ya 12 victorias a sus espaldas. La contrariedad que más les afectó (porque a día de hoy continúan arrastrándola) es la sanción que la Liga impuso en el año 2000 a la selección española en la que Ramón Torres (que además hace un cameo en Campeones) se alzó con el oro en las Olimpiadas de Sidney. El veto, que les prohibe participar durante 10 años más, se produjo después de que el jurado constatase que únicamente dos integrantes del equipo tenían realmente discapacidad.

Después de eso a Ramón le arrebataron algo más que la medalla. «Intentó quitarse la vida... Casi no lo supera», explica José Vicente Matíes, miembro de Aderes. Siguen, sin embargo, participando en la selección valenciana. «El baloncesto es todo para ellos. Es afán de superación, es convivir con la integración», explica José Arturo Gisbert, presidente del club.

Cuando están en la cancha todo es concentración para ganar, pero cuando salen es otra historia. «Nosotros podemos estar pegándonos en el partido por conseguir la victoria, pero cuando se acaba nos acercamos al equipo rival y le decimos 'venga, va, vamos a tomarnos un flan en el buffet del hotel'», bromea Paco.

Normalización

Amparo Lara, esposa del ya fallecido Julio Talavera (presidente de Aderes durante más de 20 años) y madre de Raúl (dos veces ganador de España en natación) explica, mientras señala a David que se desmarcaba de su contrario para lanzar un triple, que «si no fuera por esto, estarían todos sentados en un sofá, como un mueble más».

Por eso, lo que más echó de menos Matíes fue que, cuando su hijo cumplió los 12 años, algún equipo lo aceptase. «En el colegio, los profesores lo cogían de la mano y lo apartaban mientras los demás jugaban a fútbol, baloncesto o cualquier otra cosa», lamenta. «Por eso quise meterle en un equipo, pero solo los aceptan cuando tienen 16 años, porque antes es más difícil que atiendan órdenes». Sin embargo, explica, «si no los trabajas desde esa edad no avanzan después». «Ahora serían más profesionales y muchos no serían calificados como 'diferentes'», denuncia.

Gisbert bromea con la llegada del hijo de Matíes al equipo: «No hacía nada, se quedaba mirando la pelota y ni se movía. Yo le gritaba: '¡Vamos, paquete, muévete!' Ahora se le ha quedado ese mote para siempre, mea culpa», dice entre risas que acompaña el propio Matíes.

Tratos como este son los que agradecen. «La mayoría de estos chicos vienen de una familia que, involuntariamente les ha sobreprotegido desde pequeños», indica Paco. Es aquí donde entra la contradicción, porque cuando salen fuera se encuentran con la discriminación del que desconoce.

Por eso agradecen la visión que Campeones ha mostrado de ellos. Un filme que no maquilla la realidad y que «igual que hay miles de películas cómicas que se burlan de los personajes que no tienen discapacidad, ¿por qué iban a ser ellos diferentes? El reto era normalizar y lo han conseguido», explica lleno de orgullo Gisbert. De hecho, explica Paco, «en la cancha no ves a un discapacitado. Ves un rival. Únicamente es ahí cuando nadie ve la debilidad del otro, sino la fortaleza para poder combatirla. Así en la pista somos todos igual de fuertes, igual de campeones. Sin el baloncesto estaríamos todos apartados».