La presa de ETA Sara Majarenas, cuya hija fue apuñalada por su padre en enero de 2017 en Benifaió, ha quedado en libertad tras cumplir su condena.

El juez José Luis Castro dictaminó en marzo de 2017 el paso de Majarenas al segundo grado y su traslado de la cárcel de Picassent al centro de Madrid para que pudiera convivir con su hija Izar, que al cumplir tres años ya no podía permanecer en Picassent.

S. M., el progenitor de Izar, acuchilló a la niña el 15 de enero de 2017, durante uno de los fines de semana que pasaba con él, cuando la etarra cumplía en la prisión valenciana de Picassent, donde vivía con la menor.

El juez decidió otorgar el segundo grado penitenciario a Majarenas después de que esta presentara un escrito en el que mostraba su arrepentimiento por su participación en ETA y teniendo en cuenta un informe que defendía la necesidad de que madre e hija estuvieran juntas.