"Estamos más cerca que nunca de responder a una pregunta que lleva fascinando a la humanidad desde hace siglos: ¿Estamos solos en el Universo? Nos hallamos en un momento único en el que por primera vez tenemos la certeza de la existencia de planetas como la Tierra fuera del Sistema Solar y estamos desarrollando la tecnología que nos permita la detección remota de señales débiles, posibles indicadores de vida, en la atmósfera de esos planetas. Nos encontramos, por tanto, a las puertas de realizar un gran descubrimiento en la historia de la humanidad". Este fue el colofón de la conferencia "Planetas extrasolares y posibilidad de detección de vida extraterrestre" con la que la astrofísica Eva Villaver abrió en la Fundación Cañada Blanch el décimo ciclo "ConeckTalks" de divulgación científica. El ciclo, dirigido por Vicent Martínez, catedrático de Astronomía y Astrofísica de la Universitat de València y en el que colabora el Institut de Ciències Físico-naturals de la Institució Alfons el Magnànim, forma parte del programa de actividades de la Cátedra de Divulgación de la Ciencia establecida entre la Fundación Cañada Blanch y la UV.

Eva Villaver, doctora en Astrofísica y profesora en el departamento de Física Teórica en la Universidad Autónoma de Madrid, aseguró durante su intervención que la probabilidad de que la especie humana sea el único caso en el que la naturaleza haya evolucionado para formar un sistema complejo dentro del Universo es muy pequeña y que es muy posible desde el punto de vista estadístico que existan otras formas de vida en otros planetas. "Nosotros somos simplemente -afirmó- una de las ramas del proceso evolutivo, este planeta está poblado por muchas formas de vida y nosotros como especie solo somos una civilización tecnológica desde hace 150 años y hasta recientemente no éramos ni capaces de poner un satélite en órbita". "Desde mi punto de vista -añadió- la probabilidad de que existan otros lugares en el Universo donde se haya desarrollado la vida es muy alta, pero que seamos capaces de detectarlos ya es otra cuestión. El proceso es interdisciplinar, se trabaja en tres campos. los astrofísicos, por ejemplo, estamos desarrollando técnicas que permitan recibir señales a las distancias interestelares; paralelamente, los biólogos cada vez están más cerca de proporcionar una definición completa de la vida y, desde la geología, nos dan información de los cambios en la corteza que provocan atmosféricos no biológicos".

La detección de vida extraterrestre

Sobre las posibilidades reales de detectar vida extraterrestre, la profesora Villaver señaló que aún se carece de la tecnología capaz de medir la atmósfera de un exoplaneta y detectar una serie de biomarcadores que den una idea precisa de que en la superficie de ese planeta exista una vida que haya modificado la composición química de la atmósfera. Así, aseveró que "ahora solo podemos detectar algunas especies químicas en atmósferas de planetas fuera del sistema solar, pero a día de hoy no hemos conseguido una tecnología capaz de detectar biomarcadores que nos den un mensaje claro de que esa atmósfera ha tenido que ser modificada por la presencia de vida".

Pese a que actualmente no exista aún tecnología capaz de buscar características de vida en la atmósfera de un exoplaneta, mostró su convencimiento de que se logrará. "Hace 20 años -dijo- creíamos que podían existir exoplanetas, pero no teníamos la certeza y ahora ya hemos detectados más de tres mil, así como incluso rasgos de atmósferas exoplanetarias en planetas similares a la Tierra", y auguró que en los próximos veinte años probablemente cambie la concepción de nuestro lugar en el Universo y se produzca una revolución como la que supuso en su tiempo Copérnico: "Quizá no seamos los únicos seres vivos en el Universo y una vez hagamos esa detección nuestra propia filosofía social cambiará también, pero por ahora solo tenemos la posibilidad pero no la certeza".

Conocimientos teóricos sobre los planetas

A lo largo de su intervención, Eva Villaver realizó un recorrido por los conocimientos teóricos sobre la formación de los planetas, los ingredientes que deben existir alrededor de una estrella para que se produzca la formación de ese tipo de objetos y cómo es ese proceso, para a continuación efectuar una descripción de porqué hay diferentes tipos de planetas, -rocosos o gaseosos-, además de explicar la causa de que unos sean tan diferentes de los otros si en el sistema solar todos en principio tienen las mismas condiciones iniciales. A partir de ese punto, realizó una descripción general de todos los planetas descubiertos, explicando porqué son tan difíciles de localizar y describiendo los métodos de detección.

Para concluir su exposición, la astrofísica explicó lo lejos que se está de lograr una señal fidedigna de vida extraterrestre desde el punto de vista científico, describió las herramientas que sería necesario desarrollar para realizar esa detección y terminó su intervención con la descripción de Próxima Centauri-b y el planetario de Sistema de Trappist-1, los dos exoplanetas más cercanos a la Tierra, y la posibilidad de detectar vida en ellos.

Búsqueda de planetas similares a la Tierra

Al entrar a analizar los motivos por los cuales siempre se buscan planetas similares a la Tierra, explicó que no se trata únicamente de una cuestión antropocéntrica, "aunque el único lugar donde se tiene la certeza de que existe vida ahora mismo en el Universo es en nuestro planeta. Por tanto, y desde el punto de vista intelectual, lo lógico sería pensar que buscamos vida en lugares similares". Por otra parte, manifestó que al haberse asumido que se necesita una superficie sólida para que la vida se desarrolle, se buscan planetas rocosos como la Tierra, Venus o Marte y no los gigantes gaseosos como Júpiter o Saturno, así como un objeto rocoso con la suficiente masa para que pueda retener una atmósfera, que sería otra de las características fundamentales en la búsqueda de planetas con posibilidades de albergar vida.

La existencia de tectónica de placas es otra de las características necesarias, ya que los movimientos de las placas en la corteza terrestre provocan cambios químicos que facilitan la circulación de los gases en la atmósfera, un efecto que puede ayudar a que exista vida, expuso la profesora Villaver, aunque insistió en que las características básicas son "un sustrato que es una superficie rocosa con la suficiente masa que pueda retener una atmósfera, pero que no sea tan masivo como para que la atmósfera sea enorme, que es lo que ocurriría en los gigantes gaseosos".

Agua líquida para desarrollar la vida

Por otra parte, señaló la dificultad que supone buscar planetas como la Tierra, pues al tener poca masa relativa comparada con los grandes producen una señal luminosa muy débil que complica su detección remota. En este sentido indicó que es mucho más fácil detectar un planeta como Júpiter, mil veces mayor que la Tierra en términos de masa.

Asimismo, Eva Villaver resaltó que no solo se busca un planeta como la Tierra en términos característicos de masa y radio, "que al final es lo que podemos medir", sino que también se explora un astro que pueda albergar agua líquida en su superficie. "Desde el punto de vista de la biología -afirmó- hemos aprendido en la Tierra que buscando en cualquier lugar de la superficie terrestre, toda la vida que se encuentra tiene una característica en común y es la presencia de agua líquida".

En este sentido, concluyó señalando que "ya vayamos al desierto, a las condiciones de acidez más extremas, a las condiciones de presión, temperatura€ da igual, lo que tiene en común la vida es que necesita agua líquida para desarrollarse y, por tanto, es ésta una manera de restringir la búsqueda de vida, porque al final lo que perseguimos es que un planeta posea las condiciones de temperatura adecuadas para que pueda albergar agua líquida".