La Audiencia Provincial de València juzga a un hombre acusado de abusar sexualmente de forma continuada de su hijastra, desde que esta tenía apenas seis años hasta que cumplió los doce, en una localidad de l'Horta cuyo nombre omite este periódico para preservar el anonimato de la víctima.

La Fiscalía solicita para el procesado una pena de hasta 55 años de cárcel por varios delitos de abusos sexual, algunos de ellos con acceso carnal, agravados por su relación de parentesco. De hecho, la menor reconoció en el juicio que para ella él era su padre y lo trataba como tal.

Precisamente los abusos comenzaron cuando su padrastro ya se había separado de su madre y la menor acudía regularmente al domicilio de este para estar junto a su hermano pequeño, fruto de la relación entre el acusado y la madre de la víctima. En esas ocasiones solían dormir juntos los tres en la cama, lo que aprovechaba presuntamente su padrastro para realizarle tocamientos.

Según relató la pequeña, que en la actualidad tiene 16 años, el que ella consideraba como un padre le restregaba su miembro en sus genitales. Esto se produjo de forma habitual entre los años 2010 y 2011. «Cada vez que estábamos en la cama se repetía», apuntó detrás de un biombo para no tener que revivir el sufrimiento de ver el rostro de su presunto agresor.

Según reconoció la muchacha, ya con once o doce años se produjo la primera y única violación consumada. «Lo de los dedos había sido antes», apuntó sin ser consciente dada su edad que eso también es una agresión sexual. La menor recordaba la fecha porque ese día era el cumpleaños de un amigo de su hermano y ella se quedó en casa con su padrastro.

Por su parte, el acusado negó todos los cargos e insistió en que la relación con la hija de su expareja siempre ha sido buena. Respecto a los motivos por los que esta le habría denunciado, el hombre argumentó que estaría condicionada por su madre ya que esta lo considera el culpable de la muerte del hijo de ambos en enero de 2015.

La víctima, que se encuentra en tratamiento psicológico desde entonces, asegura que si no se lo contó antes a nadie hasta morir su hermano es por miedo a que le hiciera lo mismo. Como ya no le unía nada a él, se atrevió a decírselo a unas amigas.