El paso de Donald Trump Junior, hijo mayor del presidente de Estados Unidos, por Teruel ha causado un gran revuelo en las localidades que visitó durante su fin de semana de caza. Principalmente en Mora de Rubielos, municipio turolense donde se alojó las tres noches que pasó disfrutando de la gastronomía de la zona.

Junto al mayor de los vástagos de Trump y parte del séquito de seguridad que lo acompañaba, las 39 habitaciones del hotel La Trufa Negra estaban ocupadas por un 80 por ciento de valencianos, según confirmaron fuentes del establecimiento.

La proximidad con la Comunitat Valenciana y el hecho de que el lunes de San Vicente fuera festivo contribuyeron a que el hotel en el que se alojó Donald Trump Jr. estuviera prácticamente tomado por valencianos. Muchos de ellos ni siquiera fueron conscientes del conocido huésped que tenían compartiendo techo hasta que la noticia se hizo pública el lunes.

«Hemos estado durmiendo a su lado y ni nos habíamos enterado de que era el hijo del presidente de EE UU», comentó en el desayuno una pareja de Albal unas horas más tarde de que Trump Junior abandonara el hotel a las cuatro de la madrugada.

«Nos ha dicho que estaba gratamente satisfecho con su estancia y que ha disfrutado mucho de la gastronomía», asegura Sandra Pérez, directora de La Trufa Negra.

La responsable de este hotel de tradición familiar, situado en Mora de Rubielos, quiso agradecer «la discreción» de los clientes, quienes «no lo importunaron en ningún momento, ni siquiera con fotografías o selfis como suele ocurrir cuando se coincide con gente famosa», apunta.

El propio Donald Trump Junior había dado indicaciones de que quería ser un huésped más del hotel. De hecho, su personal de seguridad se distribuyó en varios hoteles para no llamar la atención. Pese a ello, dado quien es su padre, una patrulla de la Guardia Civil estuvo en todo momento pendiente de sus movimientos desde que llegó a Teruel en la madrugada del pasado sábado.

Semanas antes de su llegada ya contactaron con el hotel, sin especificar de quién se trataba, para comprobar los protocolos de seguridad. «Han sido días intensos, por el dispositivo de seguridad, pero lo importante es que se ha ido muy satisfecho», insistió la directora del hotel, quien describe el trato con este peculiar cliente como «afable y para nada altivo». Una de las cuestiones que más sorprendieron a Trump de su visita fue la riqueza arquitectónica de municipios como Beceite y la abundancia y calidad de trufa negra.