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Universidad

Másteres bajo la lupa

Las 9 universidades de la Comunitat Valenciana, cinco públicas y cuatro privadas, ofertan 407 másteres oficiales que cursan más de 23.000 estudiantes

Másteres bajo la lupa

El escándalo del presunto máster de Cristina Cifuentes por la Universidad pública Rey Juan Carlos (URJC) de Madrid ha puesto en el punto de mira los sistemas de control de esta titulación de postgrado que cursan más de 23.000 estudiantes en las 9 universidades de la Comunitat. El Sistema Universitario Valenciano (SUV), que integran cinco universidades públicas y cuatro privadas, oferta este curso un total de 407 másteres oficiales.

Siete de cada 10 de estos alumnos de máster -más de 16.000- van a la universidad pública, que agrupa al 80 % de la oferta (324 títulos). Las dos grandes universidades públicas, la Universitat de València (UV) y la Universitat Politècnica de València (UPV), concentran entre las dos a casi la mitad del alumnado de máster . Ambas lamentan que el caso Cifuentes salpique a todas las universidades públicas.

El supuesto Trabajo Fin de Máster (TFM) que Cifuentes asegura que defendió en julio de 2012 no hubiera desaparecido ni en la UV ni en la UPV, pues ambas instituciones conservan desde antes de ese año en sus repositorios digitales todos los TFM presentados.

TFM guardados «in aetérnum»

Ningún TFM se destruye. Cuando se pregunta a los vicerrectores de estudios de la Universitat y la Politècnica por cuánto tiempo se guardan, ambos responden igual: «para siempre». «Un estudiante puede perder su trabajo en un incendio, un traslado o porque se rompa el disco duro de su ordenador, pero la universidad no tiene derecho a perder papeles que un alumno puede necesitar para acceder al doctorado», subraya Rafael Crespo, ex vicerrector de Postgrado de la UV.

Su sucesora, la vicerrectora de Estudios, Isabel Vázquez, defiende que las universidades públicas «son muy garantistas y con reglamentos muy estrictos». Para Vázquez el affaire Cifuentes es «un caso aislado en el que se han pervertido los controles». Su homólogo en la UPV, Eduardo Vendrell, coincide en el diagnóstico: «una mala praxis de una universidad, ha hecho daño a todo el sistema universitario público, que ni de lejos es así».

«Los títulos oficiales de las universidades públicas, y también de las privadas, están sometidos a exigentes evaluaciones -dice Vendrell- tanto por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) como por la Agencia Valenciana d´Avaluació y Prospectiva (AVAP)».

«Tener un buen sistema de calidad es la base de una buena universidad», sentencia Vendrell. «Las universidades públicas están muy controladas y deben tener evidencias guardadas de todos los procesos de evaluación», añade, pues la Aneca verifica cada cuatro años todos los másteres.

En la UV, que oferta 109 másteres oficiales que siguen 6.146 alumnos, todos los TFM registrados y defendidos se guardan para siempre en una aula virtual interna de control de la Universitat junto a los datos del alumno y el acta del tribunal. Si el trabajo ha sido aprobado y el autor permite su difusión, se envía también al repositorio de la UV en internet, «Roderic», donde se pueden consultar en abierto tanto TFM como tesis doctorales.

En la Politècnica, que oferta 75 másteres que cursan 4.800 alumnos, todos los TFM aprobados se digitalizan desde hace muchos años y se depositan en el repositorio institucional en internet de la UPV, «RiuNet». Sean de acceso libre o cerrado todos están ahí, en la actualidad casi 8.200. Los que el alumno no permite su consulta aparecen con candado, aunque se puede leer la ficha técnica del mismo (autor, tutor, título, fecha de lectura y un breve resumen) y pedir una copia al autor.

Son diversas las razones por las que alumno no permite que se publique su TFM, aunque la mayoría lo hacen porque es un trabajo inicial de su tesis doctoral o porque su objeto de estudio está bajo patente o puede dar lugar a una de ellas.

Tanto Vázquez como Vendrell insisten en que todos los procesos de evaluación de un alumno de máster son verificables porque tienen una huella en los archivos de ambas universidades. «De todo hay un rastro y un registro digital», insiste el vicerrector de la UPV.

En la universidad privada CEU Cardenal Herrera (CEU-UCH), que imparte 18 másteres, el alumno debe confeccionar un anteproyecto del TFM junto a su tutor y a mitad del proceso enviar un primer borrador. El tutor debe emitir un informe de la evolución del alumno. Tanto en el CEU-UCH, como en el resto de universidades, la defensa del TFM es pública y presencial ante un tribunal de tres profesores.

Los habilitantes, los más seguidos

Entre 2008 y 2016 se ha triplicado el número de estudiantes de máster de las universidades valencianas. Aún así, el porcentaje de alumnos que cursan estos estudios de segundo ciclo en España es muy bajo. Según el informe de demanda de estudios universitarios de la OCDE en 2016, el 47 % de los jóvenes españoles accede a la universidad, mientras que al llegar al máster esa tasa cae hasta el 9 %. En el conjunto de la OCDE la tasa de acceso al máster es del 23 % de los jóvenes.

Los másteres más demandados son los habilitantes, aquellos que permiten ejercer una profesión reglada. Entre estos másteres profesionalizantes el trío de ases son el de Profesor de Secundaria, el de Abogacía y el de Psicología General Sanitaria. En el máster que se exige a los universitarios para presentarse a las oposiciones de profesor de instituto la UV, pese a ofertar 1.000 plazas, tiene una lista de espera de más de 1.300 personas. En el que habilita para ejercer de abogado la Universitat oferta 200 vacantes y la lista de reserva supera las 300 solicitudes. Igualmente en el título que habilita para trabajar como psicólogo sanitario la lista de espera roza las 500 personas para 90 plazas.

En las universidades públicas todos los precios están regulados por la Generalitat a partir de un decreto de máximos y mínimos que marca el ministerio. Las tasas valencianas en los másteres habilitantes son las mismas que para el grado, con lo que la horquilla del precio por curso (60 créditos) en primera matrícula se sitúa entre 979 y 1.493 euros dependiendo de la experimentalidad. Estos precios, según el Observatorio del Sistema Universitario, colocaban a la universidad pública valenciana como la tercera más barata del país en el curso 2016-17.

Por contra, los másteres públicos valencianos no habilitantes son los quintos más caros de España con un precio de 2.772 euros por curso. La Generalitat del PP dobló estos precios entre 2010 y 2014 al encarecerlos un 111 %. El Consell del Botànic apenas ha paliado dicho «tasazo». Este curso los ha abaratado un 7 % y el próximo 2018-19 aplicará otra rebaja del 8 %.

En las universidades privadas los precios son libres y se rigen por la oferta y la demanda. Así, por ejemplo, el máster de Profesor de Secundaria, que dura un curso (60 créditos) y cuesta 982,2 euros en la pública, en la Católica de València (UCV) vale 3.290 euros, 4.300 euros en el CEU-UCH, 4.220 en la Universidad Europea de València (UEV) y 5.940 euros en la Universidad Internacional Valenciana (VIU).

El boom en el aumento del alumnado de máster ha tenido dos picos. El primero en 2010 tras el Real Decreto de Doctorado que obliga a tener un máster para pasar a este tercer ciclo. El segundo, en 2014 al graduarse la primera promoción de los grados de cuatro años del Plan Bolonia, con lo cual se consolida la idea de que éstos ofrecen una formación básica y la especialización pasa por el máster.

De este modo el perfil del alumnado de máster es básicamente el de un recién egresado que busca el título que le habilita para ejercer una profesión, o bien quiere mejorar su inserción laboral a través de una mayor especialización o planea hacer carrera universitaria y lo precisa para acceder al doctorado.

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