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Deuda

La Generalitat se desmarca de otras autonomías y descarta abandonar el FLA

El Consell anhela ganar independencia financiera, pero considera que no se dan las condiciones para volver a los mercados

El Consell observa con cierta envidia los pasos para liberarse del yugo de Cristóbal Montoro que han empezado a dar otras autonomías. Andalucía y Baleares (ambas con presidentas socialistas) han pedido formalmente en las últimas semanas empezar a abandonar el FLA (Fondo de Liquidez Autonómica) para regresar a los mercados de deuda. «Ya nos gustaría, pero en este momento no se dan las condiciones», afirman fuentes de Presidencia de la Generalitat.

Sucede que en la actualidad los mecanismos de auxilio financiero del Gobierno son más favorables que los tipos de interés. El Gobierno valenciano ha de pagar un interés del 0,84 % por los últimos préstamos del FLA, un tipo considerablemente más bajo del mínimo que podría obtener al margen del abrigo del Estado.

A pesar de este inconveniente económico, el deseo de la mayoría de autonomías dependientes del FLA es dejar este recurso para recuperar autonomía financiera. Volver a los mercados supone también más flexibilidad a la hora de pactar vencimientos.

La petición de Andalucía y Baleares es la demostración además de que las instituciones del Estado van dejando atrás la crisis y volviendo a la normalidad: los fondos de liquidez fueron el mecanismo arbitrado por el Gobierno para que las comunidades pudieran hacer frente a una parte de los gastos del Estado de Bienestar cuando los mercados les cerraron las puertas.

Tanto Andalucía como Baleares han cumplido con los objetivos de déficit (el techo para el último ejercicio estaba en el 0,6 %), algo que la Comunitat Valenciana aún no ha logrado a pesar de ser la autonomía que más ha reducido la brecha.

«Querríamos abandonar el FLA, pero es impensable hoy por hoy», aseguran en Presidencia. En todo caso, una medida de esta naturaleza tendría que ir ligada a una reestructuración de la deuda, algo que el ministro de Hacienda no ha descartado, pero que genera tensiones entre los gobiernos autonómicos del PP.

Esta cuestión divide el mapa español en bloques diferenciados, como ocurre con la financiación de las autonomías. Las comunidades mejor financiadas (y que no han necesitado el rescate vía FLA), casi todas del norte, con Galicia como más activa, se oponen a una reestructuración de la deuda. Alegan que sería una manera de premiar a las no cumplidoras.

Estas, con la C. Valenciana a la cabeza (es la que acumula mayor endeudamiento per cápita), defienden que la deuda es el resultado de la infrafinanciación, de forma que el FLA les perjudica en tanto que se trata de préstamos (con interés, aunque bajo) que han de devolver, cuando esos fondos deberían formar parte de la financiación autonómica que les corresponde.

El jefe del Consell, Ximo Puig, ha reiterado que la quita de la deuda es «una compensación» por lo no recibido para el sostenimiento de los servicios públicos básicos.

De los 46.187 millones acumulados de deuda, más de 35.000 son con el Estado. Se trata de más del 20 % del endeudamiento que todas las autonomías acumulan con papá Estado.

La reestructuración de la deuda no es solo una reivindicación valenciana, es también uno de los requisitos que ponen las comunidades presididas por Susana Díaz y Francina Armengol para ir desvinculándose del FLA.

La petición de Andalucía a Hacienda es emitir deuda por 1.000 millones. El gobierno de Baleares, más comedido, se ha quedado en 162 millones. Son los primeros pasos para recuperar autonomía (financiera). La Comunitat Valenciana tendrá que esperar.

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