La cría en cautividad de tortugas recién nacidas y la protección y reubicación de nidos contribuiría a la conservación de las tortugas bobas, Caretta caretta, en nuestras aguas.

Esta es una de las conclusiones del primer estudio de seguimiento realizado sobre el comportamiento de tortugas post-neonatas en el Mediterráneo y que se ha publicado recientemente en la revista 'Marine Biology'. La investigación analiza los movimientos de 19 tortugas bobas procedentes de tres nidos diferentes, liberadas entre los años 2015 y 2017, y a las que se siguió vía satélite, en algunos casos durante más de cuatro meses.