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Críticas

Malestar en el PPCV por el respaldo de algunos cargos al expresidente Zaplana

Cuestionan la presencia de Santamaría, Torrado o Camarero en una charla, si bien Bonig quita hierro

El expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana, el pasado lunes en el Ateneo de València. Miguel Ángel Montesinos

La figura de Eduardo Zaplana, presidente de la Generalitat entre 1995 y 2002, sigue suscitando resquemor entre algunos integrantes de la actual dirección regional que encabeza Isabel Bonig. Tanto que la presencia el lunes en el Ateno Mercantil de algunos cargos populares en activo en la conferencia que el exministro ofreció sobre la Constitución ha irritado a parte de la cúpula regional. Algunas fuentes populares apuntaban ayer que este repaldo público era poco apropiado ya que consideran que hace tiempo que el expresidente de la Generalitat resta más que suma para la causa popular. En la dirección provincial de Alicante, que preside José Císcar, se sigue considerando a Zaplana como un enemigo interno e incluso existe quien le responsabiliza de ayudar al crecimiento de Ciudadanos en Alicante a partir de los 'cabreados' del PP.

Cabe recordar que en tiempos de Francisco Camps se libró una batalla interna por el control del partido. El hoy presidente del PP provincial y mano derecha de Bonig, José Císcar, encabezó el bando campsista y se implicó a fondo en una batalla que dejó heridos en ambos lados. Algunos de los seguidores de Zaplana en Alicante acabaron en Ciudadanos.

Por otro lado, algunos sectores del partido argumentan que Zaplana se mantiene muy unido el expresidente del Gobierno José Maria Aznar, uno de los principales enemigos internos de Mariano Mariano Rajoy. Estas fuentes recuerdan que el propio Aznar pidió el voto a favor de Ciudadanos. Zaplana forma parte del grupo de colaboradores fieles a Aznar. Durante la conferencia, Zaplana criticó al Gobierno del Botànic, pero lanzó un dardo envenenado contra sus sucesores en el PPCV, «por haber renunciado a tener un relato sobre lo que el PP ha aportado a esta tierra».

La charla de Zaplana supuso el reencuentro de varios de sus exconsellers (Miguel Peralta y Alicia de Miguel o Maria Angels Ramon Llin) y exa ltos cargos, pero en la primera fila también pudo verse a dirigentes en activo. Es el caso del diputado autonómico y presidente de la gestora de València, Luis Santamaría, que mantiene una relación de amistad (y que no esconde) con el exministro, para quién colaboró en su momento, o la diputada Marta Torrado y la senadora Susana Camarero.

Fue llamativa la ausencia de cargos de la dirección regional, que hizo el vacío a Zaplana como lleva haciendo al expresidente Aznar cada vez que viene a València. Sin embargo, fuentes cercanas a Bonig indican que no existía ninguna instrucción de no acudir. Apuntan que Bonig ni el PPCV, como organización, recibieron una invitación formal, pero que, en todo caso, Bonig tenía otro acto en agenda. Las mismas fuentes precisan que Bonig no mantiene mala relación con Zaplana y que ambos se respetan: «Es la única presidenta que puede sentarse sin problemas con Zaplana, Camps o Fabra», apuntan. Bonig incluyó como vocal de la directiva a una hija del exministro, Maria Zaplana, que trabaja activamente en València ciudad.

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