La presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), Consuelo Ordóñez, lamentó ayer tras su visita a Levante-TV que el Gobierno haya permitido a la banda terrorista ETA realizar «un acto más de propaganda en el que se distingue a víctimas inocentes de otras que como mi hermano participaron en el 'conflicto'». «Esto era precisamente lo que queríamos evitar las víctimas», señala indignada, al entender que «la única foto posible era la de su derrota por el Estado de Derecho», con la detención de los últimos etarras puestos a disposición de la Justicia.

Sin embargo, el comunicado refleja, según la presidenta de Covite, «el fracaso del Estado de Derecho» por consentir que los escasos diez etarras que todavía siguen en libertad «traten de blanquear su historia criminal».

Asimismo Ordóñez resta importancia a las palabras de respeto de la propia organización terrorista «hacia los muertos causados por las acciones de ETA». «No es tan novedoso que pidan perdón, siempre han lamentado tras un atentado sus consecuencias», recuerda. «ETA no hace nada que no ahonde en su propaganda».

Para la presidenta del colectivo de víctimas el comunicado tendría que haber sido de una sola frase: «Nunca tendríamos que haber existido». «Ojalá estuvieran todos arrepentidos y ayudaran a esclarecer los más de 300 crímenes que todavía siguen sin resolverse», reclama Ordóñez, quien también exige que dejen de honrar a sus asesinos como si fueran héroes.

Otro de los aspectos que le preocupan tras este último comunicado de ETA es el coste que pueda tener respecto a las tradicionales exigencias de la organización terrorista, en materia de presos y legalización de partidos políticos afines. «Tememos que el Gobierno esté arrodillado a una hoja de ruta marcada en la que los terroristas buscan un final sin vencedores ni vencidos», apunta.

Ordóñez quiso hacer un llamamiento a los ciudadanos a ponerse en el lugar de los familiares de aquellas víctimas asesinadas sin motivo alguno por los terroristas cuando lean las palabras del comunicado de ETA, así podrán entender el dolor sufrido durante años y leer entre líneas que el perdón que demandan ahora es solo «la condición exigida por los verificadores internacionales de su derrota».