Plagas de medusas venenosas, denominadas carabelas portuguesas, con picadura muy dolorosa que puede llegar a ser mortal, han llegado a las playas alicantinas, tras ser arrastradas por la corriente desde la zona de Cádiz y Huelva, donde suelen tener sus zonas de cría.

Un grupo de usuarios encontraron a lo largo del día de ayer varios ejemplares en diferentes puntos de la playa de San Juan y no dudaron en retirarlos del agua al tener una apariencia muy vistosa.

Miguel Segovia es uno de los jóvenes que ayer se encontraba con su hermano y sus amigos en esta zona jugando con las palas y vieron una de ellas, todavía viva, en la misma orilla.

Algo similar le pasó a uno de los responsables de la empresa SOS Ostende, dedicada a impartir cursos de salvamento y socorrismo acuático, que a media tarde estaba realizando actividades en la zona más cercana al Cabo de las Huertas, cuando la encontró también viva en el mar y la consiguió sacar para evitar que picara a bañistas y personas que iban paseando por la orilla, a los que les causó asombro y preocupación.

Juan Guillén, biólogo del Instituto de Ecología Litoral, ha explicado a este medio que se trata de un «animal propio de esta época» y que el protocolo marca izar la bandera roja hasta que desaparezcan. Son poco habituales en el Mediterráneo pero la última borrasca que ha provocado la entrada de agua atlántica las ha arrastrado.

Aunque esta especie pelágica tiene su hábitat en las aguas cálidas de todos los océanos del mundo, es más habitual verla en el Atlántico. Tienen color fosforescente, sus tentáculos pueden medir hasta 30 metros y tienen 10 veces más veneno que un ejemplar normal.

Su picadura es muy dolorosa, causa vómitos, fiebre, parálisis momentánea, náuseas, puede dejar secuelas y cicatrices y tener consecuencias tóxicas. Sus tentáculos están provistos de ventosas urticantes capaces de paralizar a peces y también a seres humanos.

El departamento de salvamento y socorrismo de Benidorm también ha sacado de las playas 14 ejemplares de carabela portuguesa en las últimas semanas. De hecho, la concejalía procedió a emitir un informe al Instituto de Ecología Litoral sobre la aparición de esta especie.

El biólogo Juan Guillén ha pedido precaución a los bañistas o deportistas que practican surf o nadan en aguas abiertas. «Lo único bueno que tienen estos animales es que se ven con facilidad, pero los bañistas que salen solos al mar deben conocer el riesgo y llevar mucho cuidado porque pueden provocar llegar a paralizar una extremidad y eso generar un ahogamiento». Según ha manifestado el biólogo «sabemos que están apareciendo en Calpe, Benidorm y San Juan. Probablemente también las veamos pronto en las playas del sur. Vienen de la zona de Huelva y Cádiz. Allí ya han cerrado playas».

Este sifonóforo está formado por pólipos, uno en forma de flotador que mide entre 20 y 25 centímetros y otros por debajo de éste que conforman los tentáculos. Se trata de un animal de plancton gelatinoso que no llega a ser una medusa verdadera, sino que se trata de un tipo de hidrozoo. Su cuerpo en forma de vela le permite desplazarse con facilidad, llegando a alcanzar una velocidad de casi 22 metros por segundo.

El Instituto de Ecología Litoral ha querido tranquilizar a los bañistas al asegurar que estos animales tenderán a remitir antes de verano y cuando llegue la época de baño, a mitad del mes de junio aproximadamente, ya habrán abandonado las playas alicantinas.

Características de la carabela portuguesa

Apariencia muy vistosa y color fosforescente.

Sus tentáculos pueden medir hasta 30 metros.

Tienen 10 veces más veneno que un ejemplar normal.

Causan náuseas, pueden dejar secuelas y cicatrices y tener consecuencias tóxicas.

Pueden alcanzar una velocidad de 22 metros por segundo.