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Análisis

La crisis en Alicante amenaza la hegemonía del PSPV en la izquierda

La brecha de 52.000 votos con Compromís se focaliza en el sur: 80.000 papeletas en 2015

La crisis en Alicante amenaza la hegemonía del PSPV en la izquierda

Alacant és important. Es algo más que una rima fácil en el caso del socialismo valenciano y sus aspiraciones como primera fuerza de la izquierda. Esas opciones se ven amenazadas ahora con la pérdida de la alcaldía de la capital alicantina y la revuelta posterior de la dirección local contra Ximo Puig.

Los datos cuentan. El PSPV obtuvo en las elecciones autonómicas de 2015, las del cambio político gracias al Pacte del Botànic, 52.532 votos más que Compromís. Esa brecha está localizada: la circunscripción provincial de Alicante, donde los socialistas lograron 82.000 papeletas más que la coalición de Mónica Oltra.

Hacen falta pocas explicaciones más. La cifra indica la magnitud de la catástrofe que supone para los socialistas una guerra interna en la capital. Y más después de perder la alcaldía, todo un símbolo en la provincia, y su regreso a manos del PP, que ya ha empezado a construir un eje del sur, un auténtico contrapoder frente al Botànic: la reunión de ayer del nuevo alcalde Luis Barcala con el presidente de la diputación, César Sánchez, es significativa.

El señor socialista de Alicante, Ángel Franco, ha enviado su mensaje a Puig y su ejecutiva ante lo que considera el error de forzar la dimisión del alcalde Gabriel Echávarri sin tener asegurada la mayoría de 15 concejales para aupar a Eva Montesinos. El intento de dar la patada a esta como portavoz del grupo municipal ha sido su manera de decir que él ya sabía lo que iba a pasar y nadie le hizo caso.

El nuevo PSPV de Puig, el surgido del congreso nacional de julio pasado, tiene su foco en la gestión de gobierno (lo que afecta a la ciudadanía) y quiere relegar las cuestiones orgánicas. El discurso suena dulce, pero lo sucedido en Alicante (se resuelva como se resuelva) enciende todas las luces a un año para las elecciones autonómicas. Una vía de agua en Alicante puede tener consecuencias determinantes en el objetivo de mantener la hegemonía de la izquierda e incluso en la posibilidad de revalidar una coalición progresista de gobierno.

Los focos se han puesto hasta el momento en la tránsfuga de Podemos, Nuria Belmonte. El movimiento sorprendente y suicida de Franco (Ferraz, Blanqueries y la provincial se han lanzado sobre él) abre el ángulo sobre la ejecutiva de Puig y su eficacia a la hora de resolver conflictos y, lo que es más importante, evitar que se susciten. El mensaje tiene destinatarios concretos: Carlos Fernández Bielsa (responsable institucional), José Muñoz (de Organización), Manolo Mata (vicesecretario general) y el propio Puig.

Las 4 candidaturas para la provincia de Castelló, las tres en l´Horta Sud, la victoria sanchista en Elx y otras concesiones son episodios internos de los últimos meses que ganan eco tras la crisis de Alicante. Y que conducen a la pregunta de si el nuevo PSPV ya no tendrá familias pero conserva las guerrillas. El golpe de autoridad de ayer quizá es el inicio de una nueva actitud.

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