Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis

Guía práctica de Ciudadanos para el asalto al poder

El partido presentará listas en el 98 % de los municipios para aumentar su poder local y arrastrar voto autonómico - Evitar la mancha de la corrupción y seguir subidos a la ola del líder Rivera, el atajo para llegar a la Generalitat

Aseguran los ´ciudadanos´ de la Comunitat Valenciana que no sólo notan que la organización lleva el viento en las alas por los sondeos y los resultados electorales en Cataluña. Argumentan que han crecido en militancia, que el resto de partidos les tratan de forma diferente, que la prensa se interesa más por ellos y que ya no son los principiantes que deambulaban perdidos por los pasillos de las Corts.

Son el partido de moda y lo saben, pero mantienen que no morirán de éxito; que tienen los pies en el suelo y que no darán pasos en falso. No tienen prisa y acuden a una frase de su líder Albert Rivera para resumir su estrategia: «esta es la legislatura del aprendizaje, la siguiente será la del poder». Mirar a Madrid les da confianza. Saben que deben su despegue a la destreza con la que la dirección nacional ha movido las fichas del tablero del ajedrez estatal y esa obediencia debida ni les molesta ni les acompleja. A diferencia de lo que le ocurre al PP y al PSOE, no sienten presiones por valencianizar su discurso. El valencianismo no les da votos. «Si a Rivera le va bien, nos irá bien, y si mete la pata, nos irá mal», admiten con tranquilidad.

Quizás llegue el momento en que seguir el dictado de Madrid les genere problemas, sobre todo, si por una vía u otra llegan a pisar el Palau de la Generalitat. Pero eso ya llegará, si tiene que llegar. En la plaza de Manises tienen ahora la vista puesta, una aspiración que hace tres años podría parecer una entelequia, pero que ahora se antoja un escenario plausible. Aunque tanto los partidos que conforman el Botànic, como el PP siguen viéndolos como advenedizos, ambos bloques han asumido aquel aviso del poeta cubano José Martí: «No hay enemigo pequeño». Por lo pronto, en lo que va de legislatura sus nueve diputados (cuatro se apearon del proyecto con gran estruendo) han sido determinantes en muchos asuntos. Hasta el PP valenciano, el partido más perjudicado por su auge, ha cambiado la forma de verlos ya que en su crecimiento ven la oportunidad de volver a la Generalitat.

Ciudadanos opta por esperar antes de hacer cuentas y sobre todo por ser prácticos. Están subidos a la ola y tienen el viento a favor. Están convencidos que en 2019 se abren todo tipo de opciones y, por supuesto, no descartan alcanzar la presidencia de la Generalitat, ya sea con el PP, ya sea con el PSPV. Ya se verá. Por lo pronto, según confiesa el secretario de Organización, Emilio Argüeso, la principal obsesión es su implantanción en todo el territorio. Y es que el ámbito municipal fue su punto débil. Hace tres años, el partido debutó con 13 escaños en las Corts: 309.121 votos. Su implantación fue más reducida en el ámbito local: 224.000 votos con los que lograron unos 200 concejales y una decena de alcaldías. Un resultado digno si se tiene en cuenta que se trataba de un partido nuevo, sin cuadros, ni sedes, ni candidatos. Las candidaturas locales apenas cubrieron el 60 % del territorio. Ya entonces, la revolución naranja atraía sobre todo a los urbanitas. En los pueblos, eran algo exótico.

En estos años, Ciudadanos ha crecido en militantes y simpatizantes (el censo de inscritos roza los 15.000) y se ha implantado en 145 municipios. Es tan sólo una cuarta parte del total de municipios, pero ahora echarán el resto para ampliar sus listas. Buscan así agrandar su poder local, pero también arrastrar papeletas para la Generalitat.

Para ello tienen previsto presentar candidaturas en el 98 % del territorio. ¿De dónde sacarán la tropa? Llegados a este punto se muestran prudentes. Aseguran que están tocando a su puerta, además de personas sin pasado político, otras procedentes del PP, pero, subrayan, también muchos herederos del PSPV. No quieren dar nombres, pero avanzan sorpresas. «El proyecto de unos y otros está agotado, no han sabido gestionar el capital que viene del centro y por eso ahora muchos nos buscan», reflexiona Argüeso. Con todo, mantienen que están en alerta para evitar que se les cuelen garbanzos negros. En un momento, en el que la mancha de la corrupción salpica a casi todos los partidos valencianos, Ciudadanos sabe que la limpieza de sus siglas es vital para su discurso. De un lado evitarán tentaciones pues no tienen previsto entrar en ningún ayuntamiento, al tiempo que ejercerán una estrecha vigilancia de quienes se dan de alta. Cs tiene seis meses ´a prueba´ a aquellos que buscan cobijo en sus siglas. Si en este tiempo detectan cuestiones turbias, los pueden echar sin seguir ningún tipo de procedimiento.

Pero Ciudadanos no sólo busca ovejas negras. Existe una escuela de talentos pensada para captar posibles candidatos a cargos intermedios porque si llegan al Consell, reflexionan, necesitarán técnicos que lleven la gestión.

Compartir el artículo

stats