Pedro Agramunt se libra de los cargos de corrupción tras su comparecencia ayer ante la Comisión de Reglamento del Consejo de Europa. El senador valenciano no será expulsado de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE), el organismo que presidió hasta octubre pasado, pero sí le es impuesta una sanción que él ha calficado de "menor". No podrá representar a la APCE en diez años. Significa que no podrá participar en misiones electorales o elaborar informes.

La pena supone "un mal menor", según el entorno del político valenciano del PP, si se tiene en cuenta que en abril se solicitaba su expulsión del Consejo de Europa.

Agramunt se escapa de las acusaciones de corrupción vertidas en el informe de la comisión de investigación, según él podría haber recibido recompensas en forma de dinero, regalos (caviar) y favores sexuales de prostitutas para favorecer las posiciones de Azerbaiyán.

Sin embargo, la resolución de la Comisión de Reglamento deja de lado esas cuestiones y sanciona al senador por la filtración del borrador de un informe que tenía encargado a Azerbaiyán. Agramunt también niega este hecho por el que finalmente será penalizado a no poder representar institucionalmente a la APCE. En todo caso, subraya que "nada tiene que ver" este cargo "con los infundios sin pruebas de actividades corruptas".

"He conseguido desmontar cualquier acusación de corrupción, aunque mi honor ha quedado dañado", ha destacado en un comunicado. "No se sido privado de mis derechos políticos, como el derecho de voto, asistencia, firmar mociones y tomar la palabra".

La sanción contra el valenciano es, de todas maneras, más extensa en el tiempo que la impuesta a otros investigados, como el parlamentario catalán Jordi Xuclà.