Tras varios intentos, la embajada de Siria se pudo poner ayer en contacto con la hermana de Ramón Rull Linhoff, el valenciano de 55 años fallecido en Siria mientras combatía al Estado Islámico junto a las milicias kurdas.

María conoció la noticia de la muerte de su hermano cuando se encontraba navegando en un barco por las costas de Croacia, como así explicó a Levante-EMV. «Hace tres días hablamos y estaba perfectamente. Ahora no es el momento, pero gracias por preocuparos por mi hermano», apuró a decir todavía sin tiempo apenas para procesar la noticia.

«Hablábamos todos los días cerca de una hora por WhatsApp», recuerda, ya que pese a la distancia que separaba a ambos hermanos, viajeros los dos, estaban muy unidos.

«Se marchó a Siria porque decía que quería hacer el bien en este mundo», añade un familiar del valenciano. Según explica esta fuente, que prefiere que no aparezca su nombre, unas horas antes de que Ramón Rull fuera alcanzado por la explosión de una bomba trampa, como ya adelantó ayer este periódico, había hablado con él y este le había enviado un vídeo de su estancia.

«Estaba contento por la labor que estaba haciendo, quería proteger a la gente que no tiene nada y auxiliar a todo el que pudiera necesitar de su ayuda», explica este familiar. «Cuando veía una injusticia no podía quedarse quieto», añade.

Respecto a la repatriación de los restos mortales de Ramón Rull, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación aseguran que todavía es pronto para saber cuando llegarán a España. Es más, desde la Oficina de Atención Diplomática insistieron ayer en que se están realizando las comprobaciones oportunas a través de la embajadas de la zona.

Esa misma tarde, como pudo confirmar este periódico a través de la hermana del fallecido, se certificó que el cuerpo sin vida pertenece a este voluntario español, integrado en las milicias kurdas de las Unidades de Resistencia de Sinjar, a las que también pertenecía el otro español fallecido en esta zona de conflicto en febrero, Samuel Prada.